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2012/01/23

Entrevista con Jacques Eguimendya, miembro de la asociación Oroitza de Hendaia (Lapurdi)

"Sería interesante saber si la lengua cambiaba según el nivel social. Si eran pescadores o agricultores, seguro que hablaban en euskara, pero supongo que la burguesía no."



Idoia Eraso (GARA)

Entre el 15 de julio y el 5 de setiembre de 1936 Hendaia se convirtió en el centro de las miradas del mundo informativo y diplomático, hasta que Irun fue conquistado por los franquistas. Después, el centro se movió hacia el norte. Jacques Eguimendya explica a GARA cómo transcurrió aquella época.


¿Cómo se desarrollaron los hechos que en 1936 colocaron a Hendaia en el mapa mundial?
Fue durante la batalla de Irun en la Guerra Civil española. Donostia era la capital de verano de España y todos los embajadores de los grandes países presentes en el Estado español fueron evacuados, pero debían quedarse cerca de España, por lo que se establecieron en Hendaia o en Donibane Lohizune.


También era un lugar de observación privilegiado, desde donde se podía ver la guerra sin prácticamente ningún riesgo. Los periodistas de todo el mundo vinieron a ver lo que pasaba, porque se veía que la guerra de España era clave para el mundo del futuro. La prueba es que luego llegó la Segunda Guerra Mundial. Fue la preguerra del 40, por lo que había que venir a observar.

Durante las cuatro o cinco semanas que duró la batalla de Irun, hubo aproximadamente un centenar de periodistas en Hendaia y representantes de todos los cuerpos diplomáticos. Se hablaba de Hendaia en el mundo entero. Por eso, se puede decir que Hendaia fue el centro del mundo.

¿Cómo vivieron eso los hendaiarras?
La mayoría no fueron conscientes de la intensa actividad diplomática, pero sí se sintieron concernidos por el éxodo de refugiados. Por el resto, no mucho. Sabían que había periodistas porque veían a algunos escribir sus artículos sin desplazarse a Irun o a Donostia, redactándolos en Hendaia, en un café, con lo que les contaban... pero este aspecto mundialista no impresionó a la gente.


Se portaron de forma ejemplar con los refugiados porque la gente se conocía muy bien. Nos hemos dado cuenta, junto con nuestros amigos de LUKT, que antes de 1936 había muchos más matrimonios transfronterizos que ahora.

Todo el mundo tenía familiares, colegas o amigos en Irun. Los primeros refugiados, entre finales de julio y mediados de agosto, llegaron a casas de familiares o de gente conocida. Más tarde llegaron los otros refugiados, la gente de todo Gipuzkoa y los veraneantes. Para ellos ya no había más sitio, así que fueron enviados más lejos, a Francia. Había trenes que esperaban a los refugiados.

¿Qué idioma utilizaban para relacionarse?
Al parecer, era mucho el castellano y también el francés, pero creo que en la vida cotidiana debía utilizarse el euskara. Hendaia no era muy vascófona porque era una ciudad administrativa, con gente de fuera. Es un tema que debería estudiarse. Sería interesante saber si la lengua cambiaba según el nivel social. Si eran pescadores o agricultores, seguro que hablaban en euskara, pero supongo que la burguesía no.

«Es una cartografía de la memoria colectiva»

Oroitza realizará un estudio sociológico junto con la UPV-HU y la Universidad de Provenza. ¿Con qué objetivo?
La idea es recoger lo que queda en la memoria colectiva de Hendaia sobre los eventos del 36. Nos gustaría hacer la cartografía de lo que queda en la memoria de la gente de entre 20 y 80 años, y ver cómo ha evolucionado.


¿Este estudio se podrá utilizar para ayudar en la convivencia actual de la ciudad? Hendaia ha evolucionado mucho sociológicamente. Ahora nos encontramos aproximadamente con un 50% de gente que no ha nacido en Hendaia. Contrariamente a las inmigraciones que había habido hasta ahora, en las que la gente llegaba y se instalaba, es gente que ha venido a vivir pero no han buscado su empleo aquí y siguen haciendo su vida al otro lado del Bidasoa. Para ellos Hendaia es una ciudad dormitorio. No sabemos lo que va a pasar.


El cambio sociológico no se está viviendo muy bien en Hendaia, pero hay que recordar que hubo esos actos de solidaridad en 1936 y los ancianos de Irun reconocen que fue extraordinario y que deben mucho a los hendaiarras. Si conseguimos construirlo entonces, no hay razón para que no se pueda hacer ahora. Queremos pasar un mensaje de esperanza con esta cartografía. Luego serán los electos los que tendrán que hacer algún proyecto con ello. Si miramos a nuestra genealogía, a partir de un momento dado todos somos transfronterizos. I.

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