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2012/05/22

Basagoiti, Homer Simpson y Apu: una lección de racismo


"Desde hace ya muchos años, los conceptos de discriminación y racismo se han desvinculado de las categorías nombradas por Basagoiti para incluir categorías socialmente construidas (por ejemplo, la categoría de "ilegales") que justifican la subordinación, explotación y rechazo de determinadas personas"

mIGUEL ÁNGEL NAVARRO LASHAYAS, * MIEMBRO DE SOS RACISMO (deia)
ULTIMAMENTE, el líder del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, anda sembrado en sus declaraciones. Si primero se arrancó comparando a su compañero de Gobierno, Patxi López, con Homer Simpson, ahora acaba de decir que la sanidad y las ayudas sociales de todo tipo son "primero para los de casa". Se ve que está destapando el tarro de las esencias. La verdad es que la comparación que hizo Basagoiti con uno de los personajes principales de la serie de Los Simpson viene de maravilla para sus últimas declaraciones. Como parece ser que le gusta la serie, le recomiendo que vea el capítulo 23 de la séptima temporada titulado Mucho Apu y pocas nueces. En él, Springfield (el pueblo donde se desarrolla la serie) realiza una propuesta de ley para expulsar del país a los inmigrantes ilegales, culpándoles de los altos impuestos que tienen que pagar los ciudadanos. El mensaje cala en la sociedad, que comienza a hostigar a los que, hasta hace pocos días, eran sus vecinos, compañeros y amigos, como el caso del personaje llamado Apu, amigo de Homer Simpson que regenta una tienda. ¿Les suena el argumento? El final lo dejamos a la curiosidad de cada cual.
En un intento de arreglar el desaguisado de sus desafortunadas palabras, Basagoiti ha matizado que los de casa "también son los colombianos, bolivianos y marroquíes que vienen a trabajar", todo un alarde de progresismo al desvincular ciudadanía de nacionalidad. Como suele ocurrir, el remedio ha sido peor que la enfermedad. La perversión de sus palabras resulta escandalosa porque si los inmigrantes regulares vienen a trabajar, ¿a qué es a lo que vienen los que se encuentran en situación irregular? Es fácil deducir por sus declaraciones que vienen a aprovecharse de la sanidad, de las ayudas sociales, de las viviendas de protección oficial, o incluso, directamente, a delinquir.
El psicólogo Allport, en una definición ya clásica del prejuicio, definió este como "mantener una actitud hostil o desconfiada hacia una persona por pertenecer a un grupo, simplemente debido a su pertenencia a dicho grupo". El problema del prejuicio no es solo de actitudes, ya que generalmente implica un comportamiento congruente con las mismas, esto es, conlleva discriminación. Basagoiti, con sus últimas declaraciones, nos ofrece un ejemplo claro de dicha definición aunque para él nada tiene que ver con el racismo ya que no hace mención "al lugar del que vienen, a su lengua, a su religión o color de piel". Y de nuevo ofrece un ejemplo claro de ignorancia de lo que es la discriminación, el racismo y la xenofobia. Cualquier persona sabe que no es necesario nombrar directamente para que todos y todas sepamos a quiénes nos estamos refiriendo: ¿Son inmigrantes irregulares las personas que vienen de Alemania?
Desde hace ya muchos años, los conceptos de discriminación y racismo se han desvinculado de las categorías nombradas por Basagoiti para incluir categorías socialmente construidas (por ejemplo, la categoría de "ilegales") que justifican la subordinación, explotación y rechazo de determinadas personas. Es lo que se conoce como racismo moderno. No nos confundimos los que tachamos de racistas dichas declaraciones. Lo peor es que provienen de un cargo público con responsabilidad sobre el Gobierno, el mismo que ha promovido el Pacto Social por la Inmigración en Euskadi inspirado en "la perspectiva de la declaración Universal de los Derechos Humanos y el convencimiento de que todos los derechos recogidos en ella son patrimonio de todas y cada una de las personas. Nos inspira también los ideales de igualdad y el principio de no discriminación (…). Este reconocimiento formal de la no discriminación ha de ir acompañado de actitudes y de prácticas que favorezcan la igualdad en las prácticas cotidianas evitando prejuicios y todo tipo de trato discriminatorio". El mismo que acaba de publicar el Plan de Inmigración, ciudadanía y convivencia intercultural donde se afirma que la política en este ámbito persigue "una sociedad vasca cohesionada, presidida por el disfrute en igualdad de todos los derechos de ciudadanía por parte de todas las personas que residen en la CAPV".
Uno no sabe si pensar que las declaraciones de Basagoiti están basadas en la ignorancia o, peor aún, en un calculado juego político que pretende rentabilizar en votos ese sector de la población que en tiempo de crisis busca un chivo expiatorio en las personas extranjeras.
El éxito de Le Pen en Francia parece que anima a la derecha española a entrar en un juego maquiavélico fácil de rentabilizar porque está basado en lo que se conoce comúnmente como profecía autocumplida. Un ejemplo: acuso a la inmigración irregular de abusar de la sanidad, suponer un gasto y no aportar en su mantenimiento pagando impuestos (argumento falso porque pagan el IVA, como todo el mundo, y si el IVA no es un impuesto recaudatorio para el sector público, ¿por qué se sube?). Con este pretexto se limita la atención sanitaria a las urgencias. Cuando una persona en situación irregular se ponga enferma, tendrá que acudir a urgencias, produciéndose una sobrerrepresentación de dicha población en el servicio, reforzando la idea de que abusan del mismo, lo cual nos allana el camino para un nuevo recorte.
Es el viejo juego de acentuar las diferencias, señalar con el dedo, enfrentar y justificar, que tan malos resultados ha dado en la historia de la humanidad. Son esos capítulos ocurridos en diferentes países de los cinco continentes, en diferentes momentos históricos, pero coincidentes en su lógica subyacente, los que hicieron necesaria la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y aunque podamos criticarla por sus limitaciones androcéntricas, cabe destacar que en su primer artículo dice que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".
Es una pena comprobar que 50 años después hay personas que se empeñan en acabar con los Derechos Humanos, lo que irremediablemente nos llevará, tarde o temprano, a hechos parecidos a los acontecidos en épocas pretéritas.

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