"Unos 200 neonazis cargaron contra los Riazor Blues que trataron
de huir de la zona… Francisco Javier Romero Taboada 'Jimmy' no lo
consiguió. Le reventaron el bazo y la cabeza a golpes y después le
tiraron al Manzanares ante la mirada impasible de varios policías
municipales que no movieron ni un dedo para salvarlo y la complicidad de
la delegada de gobierno, Cristina Cifuentes, que ha tratado de
criminalizarlo con la ayuda de los medios de comunicación."
vocesdepradillo.org
Que no ha hecho ningún esfuerzo por verificar las falsedades que
la Delegación de Gobierno de Madrid ha ido vertiendo en torno al crimen.
Tras varios días de intoxicación informativa, que han presentado a la
víctima de un crimen fascista como culpable de su asesinato, se va
haciendo luz sobre lo que realmente ocurrió el domingo pasado en los
alrededores del estadio Vicente Calderón.
Las pesquisas policiales y judiciales, así como los numerosos
testimonios de testigos presenciales, configuran un relato radicalmente
diferente del que, en un principio difundió Cristina Cifuentes y sobre
el que se ha construido la práctica totalidad del discurso periodístico
que ha pretendido igualar a víctima y verdugos.
La investigación policial desvela que es falso que los seguidores del
Frente Atlético y de los Riazor Blues hubiesen quedado previamente para
enfrentarse. Fuentes policiales afirman que “no existían elementos
objetivos que permitieran prever acontecimientos como los que se
produjeron ni elementos indicativos de riesgo a las redes sociales”.
Tras examinar los teléfonos móviles intervenidos no se ha encontrado ni
un solo mensaje que corrobore la versión difundida por Delegación de
Gobierno y la mayoría de la Prensa.
Por el contrario se ha probado que los ultraderechistas de Frente
Atlético sí habían quedado ese día para esperar la llegada de los dos
autocares que transportaban a los aficionados del Deportivo de La
Coruña: “hemos quedado a las siete en el lugar habitual. Sed puntuales.
Prietas las filas. Atleti o muerte”.
Se ha presentado a los seguidores de Riazor Blues como unos
energúmenos que viajaban con palos, porras y puñales para matarse en
Madrid. Unos gamberros guarros que destrozan los autobuses en los que
viajan.
Esta versión fabulada ha sido desmontada por varios testimonios
clave, los de los conductores de los autobuses que trasladan
habitualmente a estos hinchas, que han pintado un cuadro completamente
distinto.
En concreto uno de los conductores del domingo, en
declaraciones a la Cope, afirmaba que “los medios están expresando cosas
que realmente son mentira”,“nosotros en ningún momento hemos visto
barras de hierro a la hora de coger a los chavales, ni armas blancas ni
nada de nada. Es más, nosotros ni siquiera hemos abierto los maleteros”.
Ese mismo testigo negaba que los hinchas del Deportivo de La Coruña
alquilaran los autocares fuera de la provincia para pasar inadvertidos
ante la policía, Otra mentira que pretende avalar la tesis conspirativa
de que venían a Madrid con la intención de enfrentarse a los neonazis de
la peña atlética.
El domingo, a las ocho y media de la mañana, los dos autocares
estacionaban en el espacio reservado para las aficiones contrarias en
los alrededores del estadio Vicente Calderon, sin que en ese momento
hubiese ningún dispositivo policial en la zona. Los neonazis ya estaban
esperando en el lugar la llegada de los hinchas coruñeses. Llama la
atención que la dirección del Atlético de Madrid afirma que el sábado ya
había avisado a la policía de que los ultras del
Frente Atlético habían quedado a esa hora y lugar, lo que suponía un
alto riesgo de enfrentamiento. La Delegación de Gobierno obvió el aviso.
Lo que ocurrió cinco minutos después es conocido. Unos doscientos
neonazis cargaron contra los Riazor Blues que trataron de huir de la
zona… Francisco Javier Romero Taboada 'Jimmy' no lo consiguió. Le
reventaron el bazo y la cabeza a golpes y después le tiraron al
Manzanares ante la mirada impasible de varios policías municipales que
no movieron ni un dedo para salvarlo y la complicidad de la delegada de
gobierno, Cristina Cifuentes, que ha tratado de criminalizarlo con la
ayuda de los medios de comunicación.
La falta de ética y profesionalidad en el negocio de la prensa.
La difamación, la mentira, el insulto, es moneda común en gran parte
de ese mundo de intereses creados y subordinaciones al poder que es la
prensa, pero que periodistas de la talla de Aníbal Malvar, columnista
habitual del periódico progresista Público, llegue a escribir en su
columna “Rosa y Espinas” que “Un descerebrado llamado Francisco Javier
Romero Taboada, alias Jimmy, fue a matarse a golpes en los alrededores
del estadio Vicente Calderón y lo mataron a él. No sé a qué viene tanta
gilipollez recordando que en el fondo era un ser humano” demuestra la
bajísima calidad de los medios de comunicación y, lo que es peor, la
falta de ética y profesionalidad periodística que alcanza incluso a
reputados columnistas.
Además de hacer dejación de su obligación como periodista, Aníbal
Malvar – y otros- han pecado de una absoluta falta de empatía y
humanidad. Escribir una barbaridad semejante, con un desprecio tan
absoluto hacia la vida humana, debería ser motivo más que suficiente
para que el medio de comunicación para el que trabaja le apartase de su
columna.
Y si así escribía alguien “progresista” es fácil adivinar cuál ha
sido la deriva informativa en otros medios con respecto a un caso en el
que lo único incontestable es que el asesinado es la víctima y los
verdugos son los criminales… y que éstos no es la primera vez que matan.
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