"El fundamento histórico de la amnistía nos lleva, como en más de una
ocasión lo habéis recordado vosotros, al comienzo de la insurrección
fascista contra el legítimo gobierno de la República. ETA y GRAPO, como
antes lo fueron los maquis, no han sido sino los últimos brotes de
resistencia contra una paz impuesta por los vencedores, primero por el
dictador Franco y después por sus sucesores monárquicos."
GALO MARTÍNEZ DE LA PERA "GOIURI"
El día 10 de Enero, como ya sabréis,
miles de ciudadanos nos reuniremos en Bilbao para exigir que se
respeten los derechos humanos de los presos políticos vascos. La
conculcación sistemática y metódica de los derechos de nuestros presos ―
no olvido a los presos políticos del GRAPO ―, conculcación negada y
silenciada, también metódica y sistemáticamente, tanto por los medios
de comunicación como por los políticos de la casta, la conocéis
sobradamente. Aunque nunca os he oído hablar y denunciar ese
quebrantamiento sistemático y metódico de los derechos humanos ―
incluso de sus propias leyes represivas ―, supongo que lo habréis hecho
en más de una ocasión. Esa es la razón por la que me atrevo a animaros
a que vengáis el día 10 a Bilbao.
Me gustaría aclarar, sin embargo, que
esa reivindicación humanista y humanitaria no es sino el primer paso de
un camino que acaba en la AMNISTIA. Y esa aclaración no os la hago a
vosotros, que no la necesitáis, sino a muchos de nuestros políticos que
parecen considerar tal reivindicación como algo utópico y fuera de
lugar. Me quiero apoyar en vuestra presente autoridad moral y en
vuestro futuro poder político para que esos timoratos puedan entender
que la amnistía tanto de los presos y exiliados políticos vascos como
los del GRAPO es la condición imprescindible no sólo para alcanzar una
verdadera paz sino para construir un nuevo tipo de Estado. Con vuestra
ayuda explicaré a esos olvidadizos políticos vascos el doble
fundamento, histórico y legal, de la amnistía.
El fundamento histórico de la amnistía
nos lleva, como en más de una ocasión lo habéis recordado vosotros, al
comienzo de la insurrección fascista contra el legítimo gobierno de la
República. ETA y GRAPO, como antes lo fueron los maquis, no han sido
sino los últimos brotes de resistencia contra una paz impuesta por los
vencedores, primero por el dictador Franco y después por sus sucesores
monárquicos. Tanto la paz del dictador como la de los Borbones es la
paz de los vencedores, la paz de los facciosos. Ha llegado la hora, la
que vosotros anunciáis, del armisticio; la hora de la paz de los
perdedores. Un armisticio que abra la puerta a un nuevo tipo de Estado.
No os tengo que explicar que la primera cláusula de ese armisticio ha
de ser la amnistía de los militantes revolucionarios de ETA y del GRAPO
(y, por supuesto, de los que sin serlo han sido acusados y condenados
como tales).
Y no os lo tengo que explicar porque
vosotros conocéis muy bien la ideología y la estrategia antiterrorista.
También nosotros, por sufrirlas en nuestras carnes, las conocemos de
primera mano. Por desgracia, los políticos de la casta están totalmente
corrompidos por esa ideología y están conjurados, con el voto de
silencio, a aceptar sin condiciones y sin rechistar cualquier atropello
que se cometa bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo.
El caso paradigmático es el pueblo
palestino. Un pueblo masacrado y expulsado de su tierra, que es
convertido, gracias a la estrategia antiterrorista, en un pueblo
criminal y asesino. Y esa es precisamente la característica y el
objetivo central de esa estrategia: convertir a los defensores del
pueblo en criminales y asesinos, bestias humanas que no pueden exigir
ningún tipo de derecho y a los agresores en defensores de la libertad y
la democracia. Si los sionistas son los autores intelectuales de tal
ideología y los que con más decisión y falta de escrúpulos la ponen en
práctica, son los Estados Unidos, secundados por el occidente de pasado
colonialista, la que la extienden y ejecutan a lo largo y ancho de
todo el mundo.
La estrategia antiterrorista se basa en
la identificación de la violencia de las luchas de los pueblos
oprimidos con una doble violencia, la de los nazis (reductio ad
Hitlerum, en la que son expertos los sionistas) y la de las mafias
(aquí los expertos son los yanquis).
Ese deslizamiento metonímico, que está
en la base de toda estrategia antiterrorista, es una proyección que
revela la doble raíz oculta de la democracia neoliberal: la mafia de
los banqueros y el núcleo fascista.
La consecuencia de este deslizamiento es
doble: primero, se niega que haya una injusticia o problema de
opresión; segundo, se rechaza toda posibilidad de negociación ―es
decir, de solución de la injusticia que provoca la violencia popular ― y
sólo se admite la vía de la represión y el exterminio: ¡con los nazis y
la mafia no se negocia! (¡Falso! El capitalismo financiero sí negocia
con los nazis y las mafias, y pingues beneficios saca de esas
negociaciones). Estaréis de acuerdo conmigo que ni ETA ni GRAPO son
organizaciones mafiosas ni nazis ― todo lo contrario, son luchadores
antifascistas y anticapitalistas ―, y que su violencia, por muy
rechazable y condenable que sea, de ninguna manera es una violencia
mafiosa ni nazi sino que es una violencia que surge para responder a la
opresión política neofascista y a la explotación mafiosa del pueblo.
[La estrategia antiterrorista legitima
no sólo la muerte y el asesinato de los considerados como terroristas
sino la masacre y matanza indiscriminada de civiles. Provoca la
indefensión legal de todo ciudadano y legitima la tortura en todos sus
grados hasta el exterminio físico. La estrategia antiterrorista es una
estrategia criminal, diseñada para acabar con con todo aquel enemigo,
interior o exterior, que se oponga al dominio del capital financiero
occidental y a los grandes Estados que lo defienden. Estados
controlados y dirigidos por omnipotentes servicios de inteligencia que
no sólo controlan todos nuestros movimientos y gestos sino, y esto no
hay que olvidarlo, son los centros que elaboran la ideología dominante
de estos Estados.
Estrategia criminal que necesita para perpetuarse el eterno retorno de la guerra y de la represión, el eterno retorno de la crisis y y el eterno retorno del espectáculo.]
Estrategia criminal que necesita para perpetuarse el eterno retorno de la guerra y de la represión, el eterno retorno de la crisis y y el eterno retorno del espectáculo.]
Si se quiere recuperar la democracia el
primer paso es la abolición de la legislación antiterrorista y la
oposición decidida a la estrategia antiterrorista impuesta por los
Estados Unidos y el sionismo. La inversión de esa estrategia supone
reconocer el carácter político tanto de la lucha de ETA como del GRAPO,
el abandono de la tortuosa y denigrante vía del arrepentimiento y la
concesión de la completa amnistía para todos sus militantes, y de todos
aquellos que sin serlo han sido condenados como tales (por ejemplo,
Arnaldo Otegi y Rafa Díez, por nombrar dos conocidos líderes
políticos).
Aunque vuestras razones serán, no me
cabe duda, más brillantes y profundas que las mías, espero que estéis
de acuerdo en que la amnistía es necesaria tanto para construir la paz
de los perdedores como para construir un Estado no regido por leyes que
condenen y criminalicen la lucha popular. La primera condición mira al
pasado y tiene como objetivo cerrar las viejas heridas y superar los
antiguos odios. La segunda, por el contrario, mira al futuro, y nos
permitirá a los euskaldunes luchar, en igualdad de condiciones, por un
Estado independiente y soberano. Me temo que en esa lucha estaremos
enfrentados, pero hasta Maltzaga (como decía Telesforo Monzón), es
decir, en la lucha por la amnistía, podemos caminar juntos.
Espero veros, por tanto, en Bilbao el día 10. A las cinco de la tarde.
Un abrazo
GALO MARTÍNEZ DE LA PERA "GOIURI"
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