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2015/02/20

Entrevista con Imanol Espinazo que interpreta a Patxi Zamoro, primer preso FIES del estado español

"La cárcel actualmente sigue el camino del negocio, la cárcel está evolucionando a convertirse en un mercado más. Un mercado donde se trapichea con personas y con derechos básicos de las personas."

La Haine
 
La compañía de teatro “No out” ha terminado recientemente en Iruña la gira de la obra sobre el preso Patxi Zamoro "A ambos lados del muro”. La obra está inspirada en el libro de mismo título escrito por Patxi, que fué el primer preso FIES del estado español, y llevó a cabo una dura lucha por sus derechos desde dentro de las cárceles. Desde La Haine charlamos con Imanol Espinazo, actor principal de la citada obra.

¿Como nace la idea de hacer una obra de teatro sobre Patxi Zamoro?
La idea surge de encontrarme con el libro (“A ambos lados del muro”, Patxi Zamoro). Una de las frases escritas por Patxi ponía “Intenta hacer algo para que cuando la gente pase al lado del muro de una prisión no la vuelva a ver de una manera indiferente, para que la vean de otra manera”. Para mí ese impulso fue vital, me dije: “Yo he leído el libro, me ha cambiado, ¿que puedo hacer yo para que la gente que no tiene acceso a ese libro pueda conocer esta historia?¿Como podemos seguir abriendo las grietas de ese submundo que es la cárcel?”.

Patxi, en el principio del libro, habla de que ha regresado de la muerte y es capaz de contárnoslo, para mí esa metáfora era muy teatral, el hecho de que alguien venga de la muerte y cuente lo que le ha pasado ahí y que ha sido capaz de sobrevivir a esa muerte en vida que son las prisiones.

Otra motivación era tener la posibilidad de hacer la mayor difusión posible de las luchas en las cárceles. Hay un grupo de artesanos del teatro que consideramos que el teatro es social por naturaleza, y como tal deber ser social en lo que decimos y el mensaje que damos. No podemos olvidar la diversión pero no podemos caer en el divertimento, podemos hacer comedia pero tenemos que decir cosas concretas. A veces la gente nos pregunta “¿Vosotros haceís teatro social?” y nosotros respondemos “No, es que el teatro es social”.

Y por último la rabia ante la injusticia, cuando uno lee una historia como la de Patxi, que es una injusticia y te genera mala hostia, hay que canalizar esa rabia de las maneras que uno sabe y ayudar a que la gente conozca esta historia.
 
¿Cómo te documentástes para llevar a cabo esta obra?
Primero me puse en contacto con la editorial Txalaparta, después me puse en contacto con Arantza Oskoz, la viuda de Patxi, y ella me puso en contacto con Salhaketa, que fue la asociación con la que trabajo Patxi al venir a Iruña.

Me centré en informarme en tres aspectos de la vida de Patxi: su mundo personal, su mundo político (toda su evolución, su lucha dentro de las cárceles, los años que estuvo en la COPEL, motines, huelgas de hambre, documentación, lo que ha salido en la prensa, etcetra...) y por último el mundo jurídico y ese submundo que son las cárceles.

En un momento de esa vorágine de documentarme, buscar información, etcetra, tuve acceso a una carpeta de cartas de presos FIES, donde relataban el momento de las cárceles. Había cartas de principios de los 80, y si fuera no ha habido transición, pues dentro de las cárceles menos aún, 

¿Habéis actuado en las cárceles?¿Que sensaciones habéis sacado de ello?
Yo personalmente no he participado en la cárcel actuando, pero si que he hecho talleres de teatro con los presos. Yo tenía contacto con las cárceles por otros temas personales, pero no tenía contacto con el mundo interior de las cárceles. Y cuando vas a proponer un taller de teatro a una cárcel de primeras la reacción de mucha gente es de rechazo, muchos piensan “Que me vienes a contar tu que estás fuera y vienes aquí a hacer teatro”, pero después a mi me han dicho cosas como “por un rato he dejado de pensar donde estoy”.

Uno de los puntos que queremos rescatar al hacer esto es la libertad del pensamiento. El pensamiento no se puede encerrar, es imposible. Para mí llevar el teatro a la cárcel es potenciar el pensamiento, la imaginación y escapar del lugar aunque sea por un rato. La cárcel te condiciona dentro de un espacio, y ese espacio lo condiciona todo: tu vida, tus sentimientos , tus emociones... y el teatro te da la oprtunidad de por un momento sacarte de ahí y trasladarte a otro lado, y eso no lo pueden controlar, la imaginación y la mente no la pueden controlar.

¿Habéis conocido a familiares y amigos de Patxi? ¿Que les ha parecido la obra?
 Como he comentado antes conocí a Arantza, pareja de Patxi. También su hija sabía de que estábamos haciendo la obra y la mandamos un DVD de la obra. Y también a varios amigos de Patxi , gente de su cuadrilla, gente muy cercana a Patxi. Y la respuesta de todos era de agredecimiento por lo que estábamos contando.

Tras el fin de la gira hablábamos con Arantza, que recordaba cuando me puse en contacto con ella diciéndole que estaba interesado en hacer una obra de este tema y su sensación de satisfacción al ver el resultado final. Todo el entorno de Patxi en general ha disfrutado del resultado final.

Todo lo que nos hemos llevado de hacer esta obra ha sido muy mágico y a la vez muy jodido, con ese punto de esa realidad tan cabrona que es la cárcel.

¿Como te has trabajado personalmente el interpretar a Patxi?
 El espectáculo se representa en un escenario de 2'5x3 metros, en las medidas de una celda de castigo. Mi interpretación ha salido de algo físico, de la sensación de estar encerrado en un lugar de donde no puedes salir. Todo el trabajo de documentación te ayuda para saber lo que podria estar pensando alguien en esa situación. Desde el momento en que te empiezas a documentar la historia de Patxi empieza a entrar dentro de tí. Es una función en la que emocionarte, no requiere de un trabajo profesional, en esta función la emoción la sentías en los poros, en el corazón, en las pulsaciones. Era tal todo lo que estaba impregnado de la historia dentro de tí que al final era sólo el proyectarlo hacia los demás.

Es un espectáculo que a nivel de actor es un viaje fantástico y emotivo, en el cuál cuando termino siempre termino como si hubieran urgado dentro de mí, había tocado cosas como el amor, la esperanza, la ilusión, el miedo, las torturas... todas esas cosas que se pueden vivir en prisión.

¿Cuál crees que es la situación actual dentro de las cárceles? ¿Ha cambiado algo en los últimos años?
La cárcel actualmente sigue el camino del negocio, la cárcel está evolucionando a convertirse en un mercado más. Un mercado donde se trapichea con personas y con derechos básicos de las personas. Nos vamos hacia el modelo americano de privatización, control...

Y sigue siendo la misma incongruecia de una sociedad que debería de pedir perdón por haber inventado las cárceles. Es una auténtica vergüenza de que sigamos en esa dinámica del castigo punitivo. La dinámica del castigar a las personas, y de que en base a su comportamiento van a conseguir unos derechos o no conseguirlos.

En ese sentido la cárcel sigue igual: antes lo llamaban carcelero, luego funcionario de prisiones, ahora lo llaman grupo de análisis psicológico del recluso, todo un entorno de burocracia que parece que va en favor de la persona reclusa, pero la realidad es que nunca va en favor del preso. En mi opinión la propia construcción de la cárcel ya es un error. La cárcel es el reflejo de una sociedad que pierde valores humanos, valores colectivos, valores de justicia o injusticia. La cárcel es el lugar donde todo eso se proyecta a niveles mucho más elevados.

El modelo punitivo ha ido evolucionando pero para mí sigue siendo el mercado de las personas, el trapicheo con las personas. Y sigue siendo un lugar donde la gente que no tiene dinero acaba en la cárcel y el que tiene dinero no entra. Al final es una cuestión de clases sociales. 

Muchas gracias por tu tiempo Imanol, ha sido un placer.
Muchas gracias también a La Haine, que es página de referencia desde hace muchos años. Un abrazo!

Texto completo en: http://www.lahaine.org/quot-la-carcel-es-un

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