"La cárcel actualmente sigue el camino del negocio, la cárcel está
evolucionando a convertirse en un mercado más. Un mercado donde se
trapichea con personas y con derechos básicos de las personas."
La Haine
La compañía de teatro “No out” ha terminado
recientemente en Iruña la gira de la obra sobre el preso Patxi
Zamoro "A ambos lados del muro”. La obra está inspirada en el libro de
mismo título escrito por Patxi, que fué el primer preso FIES del estado
español, y llevó a cabo una dura lucha por sus derechos desde dentro de
las cárceles. Desde La Haine charlamos con Imanol Espinazo, actor principal de la citada obra.
¿Como nace la idea de hacer una obra de teatro sobre Patxi Zamoro?
La idea surge de encontrarme con el libro (“A ambos lados del muro”,
Patxi Zamoro). Una de las frases escritas por Patxi ponía “Intenta hacer
algo para que cuando la gente pase al lado del muro de una prisión no
la vuelva a ver de una manera indiferente, para que la vean de otra
manera”. Para mí ese impulso fue vital, me dije: “Yo he leído el libro,
me ha cambiado, ¿que puedo hacer yo para que la gente que no tiene
acceso a ese libro pueda conocer esta historia?¿Como podemos seguir
abriendo las grietas de ese submundo que es la cárcel?”.
Patxi, en el principio del libro, habla de que ha regresado de la
muerte y es capaz de contárnoslo, para mí esa metáfora era muy teatral,
el hecho de que alguien venga de la muerte y cuente lo que le ha pasado
ahí y que ha sido capaz de sobrevivir a esa muerte en vida que son las
prisiones.
Otra motivación era tener la posibilidad de hacer la mayor difusión
posible de las luchas en las cárceles. Hay un grupo de artesanos del
teatro que consideramos que el teatro es social por naturaleza, y como
tal deber ser social en lo que decimos y el mensaje que damos. No
podemos olvidar la diversión pero no podemos caer en el divertimento,
podemos hacer comedia pero tenemos que decir cosas concretas. A veces la
gente nos pregunta “¿Vosotros haceís teatro social?” y nosotros
respondemos “No, es que el teatro es social”.
Y por último la rabia ante la injusticia, cuando uno lee una historia
como la de Patxi, que es una injusticia y te genera mala hostia, hay
que canalizar esa rabia de las maneras que uno sabe y ayudar a que la
gente conozca esta historia.
¿Cómo te documentástes para llevar a cabo esta obra?
Primero me puse en contacto con la editorial Txalaparta, después me
puse en contacto con Arantza Oskoz, la viuda de Patxi, y ella me puso en
contacto con Salhaketa, que fue la asociación con la que trabajo Patxi
al venir a Iruña.
Me centré en informarme en tres aspectos de la vida de Patxi: su
mundo personal, su mundo político (toda su evolución, su lucha dentro de
las cárceles, los años que estuvo en la COPEL, motines, huelgas de
hambre, documentación, lo que ha salido en la prensa, etcetra...) y por
último el mundo jurídico y ese submundo que son las cárceles.
En un momento de esa vorágine de documentarme, buscar información,
etcetra, tuve acceso a una carpeta de cartas de presos FIES, donde
relataban el momento de las cárceles. Había cartas de principios de los
80, y si fuera no ha habido transición, pues dentro de las cárceles
menos aún,
¿Habéis actuado en las cárceles?¿Que sensaciones habéis sacado de ello?
Yo personalmente no he participado en la cárcel actuando, pero si que
he hecho talleres de teatro con los presos. Yo tenía contacto con las
cárceles por otros temas personales, pero no tenía contacto con el mundo
interior de las cárceles. Y cuando vas a proponer un taller de teatro a
una cárcel de primeras la reacción de mucha gente es de rechazo, muchos
piensan “Que me vienes a contar tu que estás fuera y vienes aquí a
hacer teatro”, pero después a mi me han dicho cosas como “por un rato he
dejado de pensar donde estoy”.
Uno de los puntos que queremos rescatar al hacer esto es la libertad
del pensamiento. El pensamiento no se puede encerrar, es imposible. Para
mí llevar el teatro a la cárcel es potenciar el pensamiento, la
imaginación y escapar del lugar aunque sea por un rato. La cárcel te
condiciona dentro de un espacio, y ese espacio lo condiciona todo: tu
vida, tus sentimientos , tus emociones... y el teatro te da la
oprtunidad de por un momento sacarte de ahí y trasladarte a otro lado, y
eso no lo pueden controlar, la imaginación y la mente no la pueden
controlar.
¿Habéis conocido a familiares y amigos de Patxi? ¿Que les ha parecido la obra?
Como he comentado antes conocí a Arantza, pareja de Patxi. También
su hija sabía de que estábamos haciendo la obra y la mandamos un DVD de
la obra. Y también a varios amigos de Patxi , gente de su cuadrilla,
gente muy cercana a Patxi. Y la respuesta de todos era de
agredecimiento por lo que estábamos contando.
Tras el fin de la gira hablábamos con Arantza, que recordaba cuando
me puse en contacto con ella diciéndole que estaba interesado en hacer
una obra de este tema y su sensación de satisfacción al ver el resultado
final. Todo el entorno de Patxi en general ha disfrutado del resultado
final.
Todo lo que nos hemos llevado de hacer esta obra ha sido muy mágico y
a la vez muy jodido, con ese punto de esa realidad tan cabrona que es
la cárcel.
¿Como te has trabajado personalmente el interpretar a Patxi?
El espectáculo se representa en un escenario de 2'5x3 metros, en las
medidas de una celda de castigo. Mi interpretación ha salido de algo
físico, de la sensación de estar encerrado en un lugar de donde no
puedes salir. Todo el trabajo de documentación te ayuda para saber lo
que podria estar pensando alguien en esa situación. Desde el momento en
que te empiezas a documentar la historia de Patxi empieza a entrar
dentro de tí. Es una función en la que emocionarte, no requiere de un
trabajo profesional, en esta función la emoción la sentías en los poros,
en el corazón, en las pulsaciones. Era tal todo lo que estaba
impregnado de la historia dentro de tí que al final era sólo el
proyectarlo hacia los demás.
Es un espectáculo que a nivel de actor es un viaje fantástico y
emotivo, en el cuál cuando termino siempre termino como si hubieran
urgado dentro de mí, había tocado cosas como el amor, la esperanza, la
ilusión, el miedo, las torturas... todas esas cosas que se pueden vivir en prisión.
¿Cuál crees que es la situación actual dentro de las cárceles? ¿Ha cambiado algo en los últimos años?
La cárcel actualmente sigue el camino del negocio, la cárcel está
evolucionando a convertirse en un mercado más. Un mercado donde se
trapichea con personas y con derechos básicos de las personas. Nos vamos
hacia el modelo americano de privatización, control...
Y sigue siendo la misma incongruecia de una sociedad que debería de
pedir perdón por haber inventado las cárceles. Es una auténtica
vergüenza de que sigamos en esa dinámica del castigo punitivo. La
dinámica del castigar a las personas, y de que en base a su
comportamiento van a conseguir unos derechos o no conseguirlos.
En ese sentido la cárcel sigue igual: antes lo llamaban carcelero,
luego funcionario de prisiones, ahora lo llaman grupo de análisis
psicológico del recluso, todo un entorno de burocracia que parece que va
en favor de la persona reclusa, pero la realidad es que nunca va en
favor del preso. En mi opinión la propia construcción de la cárcel ya es
un error. La cárcel es el reflejo de una sociedad que pierde valores
humanos, valores colectivos, valores de justicia o injusticia. La cárcel
es el lugar donde todo eso se proyecta a niveles mucho más elevados.
El modelo punitivo ha ido evolucionando pero para mí sigue siendo el
mercado de las personas, el trapicheo con las personas. Y sigue siendo
un lugar donde la gente que no tiene dinero acaba en la cárcel y el que
tiene dinero no entra. Al final es una cuestión de clases sociales.
Muchas gracias por tu tiempo Imanol, ha sido un placer.
Muchas gracias también a La Haine, que es página de referencia desde hace muchos años. Un abrazo!
Texto completo en: http://www.lahaine.org/quot-la-carcel-es-un
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