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2016/08/09

MUJERES RESISTENTES (VI): DORIS BENEGAS

"Las distintas luchas feministas en las que ha tomado parte han marcado la vida de Doris a través de un compromiso social, tanto militante como profesional, por los derechos de las mujeres."

                                 Doris Benegas Haddad nace en Caracas en el año 1951, en el seno de una familia marcada por el exilio político. Su madre, nacida en la capital venezolana, provenía de una familia libanesa-palestina que emigró a Venezuela a comienzos del siglo XX; su padre formaba parte del exilio vasco tras la guerra civil. Desde sus primeros años de vida resultaba claramente perceptible para Doris el significado político de los años de la República, la Guerra Civil y el exilio. La dictadura franquista se vivía en primera persona en el entorno familiar. En 1956 la familia Benegas Haddad regresa al País Vasco, a la ciudad de Donostia, donde Doris acude al colegio y vive su infancia. Doris deja Donostia en el año 1964 para estudiar Bachillerato en un colegio de Baiona (País Vasco norte), viviendo de primera mano los acontecimientos sociopolíticos del Mayo del 68.
Doris empieza sus estudios de Derecho en San Sebastián en 1969. Si bien la carrera de Derecho no era la que en principio la ilusionaba vitalmente, se adaptará con rapidez, consiguiendo muy buenas calificaciones. El estudio del Derecho llevará a Doris a interesarse por temas relacionados con la discriminación jurídica de la mujer y la economía política. La posibilidad de ejercer durante tantos años la profesión de abogada, le ha permitido llegar a conocer a muchas y buenas personas, aportando a su trabajo toda la utilidad política y social posible, desde una perspectiva profundamente humana. Es difícil separar la actividad política de la puramente profesional en la biografía de Doris Benegas. Según Doris, el Derecho no es una profesión dirigida hacia objetivos previos, que te lleve necesariamente a un determinado resultado, sino que es principalmente la actitud que se imprime en lo personal la que te permite llegar a descubrir nuevos objetivos en esta profesión. Aunque el Derecho Penal ha sido el principal ámbito profesional en el que ha trabajado, especialmente la lucha contra la violencia de género y el mundo laboral, también ha trabajado en significativos casos relacionados con el derecho al aborto, las luchas vecinales contra el narcotráfico, la insumisión, el antifascismo, la defensa de militantes políticos de izquierda e independentistas, la anulación de los juicios que culminaron con las últimas ejecuciones franquistas del 27 de septiembre de 1975, o el más conocido caso del aceite de colza. Un trabajo profesional y militante que refleja uno de los rasgos más destacados de la personalidad de Doris: tenacidad y constancia sin desaliento cuando los acontecimientos y protagonistas así lo merecen.


Las primeras ideas políticas definidas y estructuradas se van configurando en el pensamiento de Doris en la adolescencia, sobre todo en lo referente a la discriminación de la mujer en la sociedad y la persecución que existía por parte de los poderes públicos franquistas hacia el euskera. Pero lo que marcaría profundamente la posterior evolución de su pensamiento político serían dos viajes realizados a Venezuela en los años sesenta del pasado siglo, donde pudo observar de forma directa los contrates entre la extrema opulencia y la extrema miseria, que le permitieron entender el significado y las consecuencias de una opresión multifacética inherente a la sociedad capitalista. Una percepción y un convencimiento que desde entonces permanecieron inalterados, tanto en la vida profesional como en la militancia política, y que llega hasta su participación activa como abogada dentro de la plataforma de Stop Desahucios en los últimos años, haciendo frente, décadas después, a la miseria moral del capitalismo.

Doris Benegas comienza la época de activista política en la primera mitad de la década de los 70, durante su etapa de estudiante universitaria. Ingresa en los Comités de Estudiantes Revolucionarios de Gipuzkoa y en Komunistak-Movimiento Comunista. La llegada a Valladolid tiene lugar en septiembre de 1973, tras ser detenida en San Sebastián en la víspera del primero de mayo de ese mismo año, debido a su militancia política y después de ser sometida a constantes vigilancias por parte de la policía. Termina la carrera de Derecho y se incorpora al Colegio de Abogados de Valladolid en 1975. En 1974 comienza a trabajar en la factoría de FASA-Renault, de donde fue despedida por su participación en las huelgas y luchas obreras, en un momento de elevada conflictividad social y política en Valladolid, asociada a las movilizaciones obreras y estudiantiles en las que Doris tuvo un papel protagonista. Tras serle aplicada la Ley de Amnistía, en 1977 regresa a FASA de donde volvería a ser despedida en el año 1981. En ambos casos ganó el juicio posterior contra la empresa. En la época en que era trabajadora de FASA, Doris se incorporará a las Plataformas Anticapitalistas y posteriormente al sindicato Comisiones Obreras, organización de la que sería expulsada junto a otros compañeros en el año 1979, por oponerse a la firma por parte del sindicato de un convenio colectivo acordado con la empresa a espaldas de los trabajadores, que en ese momento se encontraban en huelga. De la militancia propiamente sindical, Doris pasa a trabajar en el terreno profesional y político en casos del ámbito laboral, ejerciendo desde el Derecho la defensa de buen número de trabajadores despedidos, jugando desde hace décadas un papel activo y destacado en el movimiento obrero y sindical de la ciudad de Valladolid. A mediados de la década de los 70 abre en Valladolid un despacho jurídico situado en la calle Matías Sangrador, que a la vez operaba como sede política del MC en Valladolid y que pronto se convierte en punto de encuentro del activismo político de parte de la izquierda vallisoletana. En diciembre del 79 el despacho de Doris fue incendiado por un grupo fascista.

En el año 1976, Doris Benegas se incorpora al Instituto Regional de Castilla y León, desde donde participa en la organización del primer día de Castilla en las campas de Villalar, que sería prohibido por el Gobernador Civil. Pese a todas las dificultades y riesgos, unos pocos centenares de personas, entre las que se encontraba Doris, accedieron por caminos y a pie a un pueblo de Villalar cercado por la Guardia Civil patrullando a caballo. Una escena que pasará a la historia de este país.

Doris señalaba que la transformación de la realidad parte del conocimiento de la configuración de los Pueblos, que no son entelequias sino realidades diferentes y diferenciadas. Para transformarlas las tienes que conocer y partir de ellas, porque de lo contrario no hay transformación posible. Pese a no haber nacido en tierras castellanas, Doris Benegas ocupa un lugar propio en la historia política de las últimas décadas de la izquierda en Castilla. En Valladolid Doris comprende que Castilla es una parte más de un Estado plurinacional que no se puede ignorar desde un punto de vista marxista, porque no se puede cambiar la realidad si no la identificas correctamente. Va adquiriendo conciencia de que el pueblo castellano ha sido sojuzgado y utilizado por los poderes e intereses del Estado, a los que Castilla se ha visto subordinada de manera evidente, para acabar siendo directamente fracturada. Por coherencia, consideraba que una vez elaborado el proyecto político propio éste no podía asentarse exclusivamente en el marco Estatal, sino que debería tener a Castilla como referencia esencial de acción política, porque hubiera sido incongruente con el análisis de lo que estaba ocurriendo en otros Pueblos del Estado.

En Valladolid Doris seguirá militando en el MC hasta comienzos de los años 80, cuando el diferente posicionamiento de la organización en el debate de Reforma o Ruptura respecto al Régimen Franquista, llevó a un sector del MC, en el que se encontraba Doris Benegas, a abandonarlo, apostando con claridad por defender una ruptura total con lo que había sido y significado el Franquismo, planteando la necesidad del reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado Español y el derecho de autodeterminación de los Pueblos que lo componen, y entre ellos, el reconocimiento nacional explícito de Castilla como sujeto político. Corrientes que acabarán desembocando en la creación formal de Unidad Popular Castellana en el año 1985. La UPC será la primera organización de izquierda revolucionaria y castellanista bajo la óptica de las clases trabajadoras, de la igualdad de género y la solidaridad internacionalista. Desde la creación de la UPC Doris Benegas se destacó como un miembro muy relevante, sobre todo derivado de su proyección mediática. También participará en la formación de Izquierda Castellana en el año 2000, de la que es uno de los rostros más reconocidos. Doris Benegas siempre se ha destacado por su participación en diversas campañas para mostrar la solidaridad con otros pueblos tanto de América Latina, especialmente con Cuba, Venezuela y la Nicaragua en guerra de los años 80, como del Estado Español, especialmente con Euskal Herria, tierra con la que mantiene un vínculo familiar y un cariño no disimulado nunca, pese a los ataques y presiones políticas y mediáticas recibidas desde hace años.

Nadie cuestiona que un rasgo de su personalidad es la valentía, puesta de relieve en su activa participación en las luchas vecinales contra el narcotráfico del barrio vallisoletano de Pajarillos. Movilización en la que Doris Benegas se implicó a nivel político, personal y profesional, hasta el punto de recibir serias amenazas de muerte por su participación como abogada de la Coordinadora Contra el Narcotráfico de Pajarillos en el largo y complejo juicio contra el clan de los Monchines, elemento nuclear del narcotráfico en Valladolid, logrando una sentencia de 108 años de prisión por tráfico de drogas.

Desde el año 2001 Doris Benegas ha formado parte de manera habitual de la delegación de IzCa en el Foro de Sao Paulo, donde tuvo oportunidad de conocer a los/as líderes más importantes de la lucha progresista en Latino América (Fidel Castro; Daniel Ortega; Tomas Borge; Lula da Silva...).

Doris Benegas ha tenido un papel protagonista en la configuración organizativa e ideológica del movimiento feminista de Valladolid. Las distintas luchas feministas en las que ha tomado parte han marcado la vida de Doris a través de un compromiso social, tanto militante como profesional, por los derechos de las mujeres. En la década de los 70 contribuye a la formación de las primeras organizaciones feministas de Valladolid, como el Movimiento de Liberación de la Mujer, y participa en la organización del primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora que se celebró en Valladolid, el 8 de marzo de 1977. Constituye Mujeres Castellanas en los años 80 y contribuye a la creación de la Agrupación de Mujeres Abogadas de Valladolid en el año 1993, incorporándose también a la Asociación de Mujeres Juristas. En todo este recorrido, un doloroso punto de inflexión lo marcarán los crueles asesinatos de la niña Olga Sangrador y de la joven Leticia Lebrato en el año 1992, que causaron un profundo impacto social y mediático. A raíz de estos brutales crímenes se redoblan en Valladolid los esfuerzos para la constitución de las bases sólidas para acometer una lucha eficaz contra la violencia de género, formándose en 1994 la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (ADAVASYMT), que desde entonces ha ayudado a miles de mujeres víctimas de la violencia machista. Ese mismo año Doris toma parte en la organización de la Coordinadora de Mujeres de Valladolid, trabajando desde su creación en el equipo jurídico desde donde ha participado en numerosos juicios relacionados con violencia de género

Doris Benegas es una mujer rebelde, una persona combativa que ha sido capaz de vencer al miedo y las presiones constantes y, como ella dice, estar donde tenía que estar y con quien tenía que estar, sin perder el tiempo en su camino por avanzar hacia el socialismo, contribuyendo con sus esfuerzos a construir una sociedad más justa y democrática. 

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