"En este contexto de empobrecimiento creciente, tener empleo ya no es una salvaguarda de protección ante las situaciones de pobreza."
ELKARTZEN
El capitalismo está produciendo un proceso de empobrecimiento en amplios sectores de la población mundial.
Este proceso también tiene su
reflejo en Euskal Herria a través de un amplio recorte de derechos
sociales y laborales llevado a cabo a golpe de Ley.
El objetivo es aumentar
la acumulación de beneficios, y esto solo es posible si cada vez se
saca más beneficio de la mano de obra (pagando menos...), de las materias primas (explotando los recursos de otros pueblos...) y expoliando más ferozmente la naturaleza.
Nos hemos reunido hoy en este frontón de Errekaleor para escenificar que este sistema que padecemos condena a cada vez más sectores de este pueblo a la pobreza.
En
la pelota mano, la chapa es la línea que divide los pelotazos que
sirven para continuar el juego y los que no. Haciendo un paralelismo con
nuestras vidas,la chapa representa la línea divisoria entre unos ingresos mínimos para tener una vida mínimamente digna y los que no lo son, es decir, el Umbral de Pobreza.
La realidad es terca y año tras año nos vemos obligados a repetir que la precariedad se instala en el ámbito laboral, con más de 234.000 personas en paro.
En este contexto de empobrecimiento creciente, tener empleo ya no es una salvaguarda de protección ante las situaciones de pobreza.
La
existencia de personas trabajadoras pobres rompe con la idea de que la
integración en el mercado laboral es la condición básica para evitar la
pobreza,la exclusión social o la privación material.
Aunque los salarios son claves, la pobreza se materializa en los hogares porque las políticas públicas no cumplen el papel fundamental que deben de cumplir en la redistribución de la riqueza.
Pero, la precariedad va más allá de lo laboral y se extiende a todos
los aspectos de las condiciones vitales de los sectores populares, por
lo que hablamos de precarización social ya que miles de personas sin
trabajo remunerado –paradas, pensionistas, viudas, preceptoras de
prestaciones... se ven condenadas a vivir con ingresos inferiores al
umbral de la pobreza(37,5% PIB per cápita,).
Continuamente se realizan aumentos
en los recibos del agua, el gas, el transporte (el recibo dela luz se ha
incrementado más de un 60% desde el 2007), se duplica el número de
personas perceptoras de ayudas sociales, aumentan los hogares que no
pueden afrontar las facturas del hogar, más de un tercio de la población
juvenil no puede emanciparse, los sueldos de los directivos suben
mientras que las mujeres perciben un 27% menos de salario que los
hombres. Más de 50000 personas han sido desahuciadas desde el inicio de
la crisis, un 7,1% de la población reside en hogares que señalan haberse
abastecido en los últimos doce meses deprendas de segunda mano por
motivos económicos (3,7% en 2008).
Por esas mismas razones económicas, un 8,3% menciona haber pasado
frío en ocasiones durante el último invierno(4,1% en 2004). Profesores
de la UPNA y el director de Caritas Navarra señalaban, en noviembre de
2014, que el 14,8 por ciento de los navarros, aproximadamente 95.000
personas,se encuentran en riesgo de pobreza y 20.000, el 3,1 por ciento,
vive en un escenario de pobreza severa. La ausencia de reparto del
tiempo de trabajo (productivo y reproductivo) y la creciente
privatización de los servicios sociales y públicos junto con los
continuos recortes sociales están restando tiempo para la participación
social activa y nos están haciendo personas pobres.
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