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2016/05/16

ORIGEN Y AUGE DE LAS LUNPERBURGUESIAS LATINOAMERICANAS. ELITES ECONOMICAS Y DECADENCIA SISTEMICA por Jorge Beinstein



"...estamos ingresando en una nueva etapa histórica de duración incierta marcada por una crisis deflacionaria global que se va agravando acompañada por señales alarmantes de guerra."
                 A raíz de la llegada Mauricio Macri a la presidencia se desató en algunos círculos académicos argentinos la reflexión en torno del “modelo económico” que la derecha estaba intentando imponer. Se trató no solo de hurgar en los curriculum vitae de ministros, secretarios de estado y otros altos funcionarios sino sobre todo en la avalancha de decretos que desde el primer día de gobierno se precipitaron sobre el país. Buscarle coherencia estratégica a ese conjunto fue una tarea ardua que a cada paso chocaba con contradicciones que obligaban a desechar hipótesis sin que se pudiera llegar a un esquema mínimamente riguroso. La mayor de ellas fue probablemente la flagrante contradicción entre medidas que destruyen el mercado interno para favorecer a una supuesta ola exportadora evidentemente inviable ante el repliegue de la economía global, otra es la suba de las tasas de interés que comprime al consumo y a las inversiones a la espera de una ilusoria llegada de fondos provenientes de un sistema financiero internacional en crisis que lo único que puede brindar es el armado de bicicletas especulativas .

Algunos optaron por resolver el tema adoptando definiciones abstractas tan generales como poco operativas (“modelo favorable al gran capital”, “restauración neoliberal”, etc.), otros decidieron seguir el estudio pero cada vez que llegaban a una conclusión satisfactoria aparecía un nuevo hecho que les tiraba abajo el edificio intelectual construido y finalmente unos pocos, entre los que me encuentro, llegamos a la conclusión de que buscar una coherencia estratégica general en esas decisiones no era una tarea fácil pero tampoco difícil sino sencillamente imposible. La llegada de la derecha al gobierno no significa el reemplazo del modelo anterior (desarrollista, neokeynesiano o como se lo quiera calificar) por un nuevo modelo (elitista) de desarrollo, sino simplemente el inicio de un gigantesco saqueo donde cada banda de saqueadores obtiene el botín que puede obtener en el menor tiempo posible y luego de conseguido pugna por más a costa de las víctimas pero también si es necesario de sus competidores. La anunciada libertad del mercado no significó la instalación de un nuevo orden sino el despliegue de fuerzas entrópicas, el país burgués no realizó una reconversión elitista-exportadora sino que se sumergió en un gigantesco proceso destructivo.  

Si estudiamos los objetivos económicos reales de otras derechas latinoamericanas como las de Venezuela, Ecuador o Brasil encontraremos similitudes sorprendentes con el caso argentino, incoherencias de todo tipo, autismos desenfrenados que ignoran el contexto global así como las consecuencias desestabilizadoras de sus acciones o “proyectos” generadores de destrucciones sociales desmesuradas y posibles efectos boomerang contra la propia derecha[2]. Es evidente que el cortoplacismo y la satisfacción de apetitos parciales domina el escenario.

En la década de 1980 pero sobre todo en los años 1990 el discurso neoliberal desbordaba optimismo, el “fantasma comunista” había implotado y el planeta quedaba a disposición de la única superpotencia: los Estados Unidos, el libre mercado aparecía con su imagen triunfalista prometiendo prosperidad para todos. Como sabemos esa avalancha no era portadora de prosperidad sino de especulación financiera, mientras la tasas de crecimiento económico real global seguían descendiendo tendencialmente desde los años 1970 (y hasta la actualidad) la masa financiera comenzó a expandirse en progresión geométrica.  Se estaban produciendo cambios de fondo en el sistema, mutaciones en sus principales protagonistas que obligaban a una reconceptualización. En el comando de la nave capitalista global comenzaban a ser desplazados los burgueses titulares de empresas productoras de objetos útiles, inútiles o abiertamente nocivos y su corte de ingenieros industriales, militares uniformados y políticos solemnes, y empezaban a asomar especuladores financieros, payasos y mercenarios despiadados, la criminalidad anterior medianamente estructurada comenzaba a ser remplazada por un sistema caótico mucho más letal. Se retiraba el productivismo keynesiano (heredero el viejo productivismo liberal) y comenzaba a instalarse el parasitismo neoliberal.

El concepto de lumpenburguesía

Existen antecedentes de ese concepto, por ejemplo en Marx cuando describía a la monarquía orleanista de Francia (1830-1848) como un sistema bajo la dominación de la aristocracia financiera señalando que “en las cumbres de la sociedad burguesa se propagó el desenfreno por la satisfacción de los apetitos más malsanos y desordenados, que a cada paso chocaban con las mismas leyes de la burguesía , desenfreno en el que, por la ley natural, va a buscar su satisfacción la riqueza procedente del juego, desenfreno por el que el placer se convierte en crápula y en que confluyen el dinero, el lodo y la sangre. La aristocracia financiera, lo mismo en sus métodos de adquisición, que en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpenproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa”[3]. La aristocracia financiera aparecía en ese enfoque claramente diferenciada de la burguesía industrial, clase explotadora insertada en el proceso productivo. Se trataba, según Marx, de un sector instalado en la cima de la sociedad que lograba enriquecerse “no mediante la producción sino mediante el escamoteo de la riqueza ajena ya creada[4]. Ubiquemos dicha descripción en el contexto del siglo XIX europeo occidental marcado por el ascenso del capitalismo industrial donde esa aristocracia navegando entre la usura y el saqueo aparecía como una irrupción históricamente anómala destinada a ser desplazada tarde o temprano por el avance de la modernidad. Marx señalaba que hacia el final del ciclo orleanista “La burguesía industrial veía sus intereses en peligro, la pequeña burguesía estaba moralmente indignada, la imaginación popular se sublevaba. París estaba inundado de libelos. “La dinastía de los Rothschild”, “Los usureros, reyes de la época”, etc. en lo que se denunciaba y anatematizaba, con más o menos ingenio, la dominación de la aristocracia financiera” [5].

2016/04/07

VENEZUELA AURRERA PLATAFORMAREN KOMUNIKATUA / Comunicado de la plataforma Venezuela Aurrera

Azken asteetan eskuinaren indarkeria larriagotu egin da eta ekintzaile sozial bat, bi polizia eta diputatu chavista bat erahil dituzte. (...) Badakigu Venezuelak pairatzen duen gerra ekonomiko, mediatiko eta politikoa sistema neoliberalaren berrezarkuntza lortzeko beste ahalegin bat dela, eta Venezuela, azken hilabeteetan Brasil, zein latinoamerikako beste prozesu aurrerakoiak erasotzea duela helburu.

Venezuela: PP, PSOE eta C’s-ek laguntzen dituzten kriminalentzako amnistia legea

Estatu espainiarra, Partido Popular, PSOE, eta Ciudadanos-ek gogotsu bermatu eta txalotu duten “Proyecto de Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional” izena duen lege proiektua onartu du Venezuelako Asanblada Nazionaleko gehiengo opositoreak. Sostengu honen adibide garbia Mariano Rajoy berak El País-en lege horren alde idatzi duen artikulua.

Baina zer bultzatzen ari dira “demokrata” hauek Venezuelan? Amnistia lege honek ezarritako orden konstituzionala edo gobernua aldatzeko manisfestazioetan edo protestetan parte hartzeagatik egindako delituak amistiatuko ditu, zehazki 1999ko urtarrilak 1etik aurrera eta legea onartu harte, hau da, Hugo Chávez eta Nicolás Maduroren legislaturetan bakarrik egindako delituak.

Zer delitu barkatu ditu lege honek? Adibidez, “garraio zerbitzuetan, sistema informatikoetan edota edozein zerbitzu publikoan eragindako hondamenak edo suntsipena”, “lehergailuen edo bonba su-eragileen fabrikazioa edo inportazioa”, “delituak egiteko adingabekoen erabilpena”, “suteak eragitea”, “legeen desobedientzia eta gorrotoa sustatzea”, “agintaritzaren aurka egitea” eta “droga-trafiko txikia” eta “iruzurra, maula eta lukurreria exebizitza eraikuntzetan” barkatuko ditu lege honek.

Barkamena lortzeko baldintza bakarra “Estatuko botere betearazleak egindako politiken aurkako  protesta, manifestazioa edo bileren bidez” bultzatutako delituak izatea da.

Lege honen bidez argi onartzen du oposizioak Nicolás Maduroren gobernua bere postutik kentzeko indarkeria erabili duela eta, honetaz gain, kartzelatik atera nahi dituen pertsonen zerrenda zehatza osatzen du ere. Hauen artean ezagunena Leopoldo Lopez da, duela bi urte 43 hildako eragin zituen indarkera olatuaren erantzule zuzena.

Azken asteetan eskuinaren indarkeria larriagotu egin da eta ekintzaile sozial bat, bi polizia eta diputatu chavista bat erahil dituzte.

Venezuela Aurrera, Iraultza Bolivartarraren aldeko euskal elkartasun plataformatik, Estatuko zenbait alderdi politiko zein komunikabide bultzatzen duten Inpunitate Lege honen nazioarteko salaketa egitera deitzen dugu. Badakigu Venezuelak pairatzen duen gerra ekonomiko, mediatiko eta politikoa sistema neoliberalaren berrezarkuntza lortzeko beste ahalegin bat dela, eta Venezuela, azken hilabeteetan Brasil, zein latinoamerikako beste prozesu aurrerakoiak erasotzea duela helburu.

Venezuela Aurrerak, hurrengo apirilak 19an Venezuelako Iraultza Bolibartarrarekin nazioarteko elkartasun jardunaldian parte hartzera deitzen du euskal herritar oro.
 
“Venezuela Aurrera” (Iraultza Bolivartarrarekiko Euskal Elkartasun Plataforma):

Alternatiba, Aralar, Arbol Euskal Herria, Askapena, Asodemuc, Bachue (Kolonbiako Errefuxiatuak Euskal Herrian), Cine de Base, “La Puebla” Zirkulu Bolivartarra, Ernai, Euskadi-Cuba elkartea, Ezker Anitza-Izquierda Unida, Gazte Komunistak, Gazte Komunisten Batasuna (GKB), Giltza, Ikasle Abertzaleak, Ikasle Ekintza, IPES-GITE, LAB, Komite Internazionalistak, Marcha Patriótica Euskal Herrian (Colombia), Bakea eta Duintasuna, PCE-EPK, Resumen Latinoamericano, Revista “Encuentros”, Sodepaz Nafarroa, Sortu, Emigrados sin Fronteras.


2016/04/01

ILUSIONES PROGRESISTAS DEVORADAS POR LA CRISIS América Latina a la hora del lumpencapitalismo. por Jorge Beinstein

"Los Estados Unidos desarrollan una estrategia de reconquista de América Latina aplicándola de manera sistemática y flexible. El golpe blando en Honduras fue el puntapié inicial al que le siguió el golpe en Paraguay y un conjunto de acciones desestabilizadoras, algunas muy agresivas, de variado éxito que fueron avanzando al ritmo de las urgencias imperiales y del desgaste de los gobiernos progresistas."

                     La coyuntura global está marcada por una crisis deflacionaria motorizada por las grandes potencias. La caída de los precios de las commodities, cuyo aspecto más llamativo fue desde mediados del 2014 la de las cotizaciones del petróleo, descubre el desinfle de la demanda internacional mientras tanto se estanca la ola financiera, muleta estratégica del sistema durante las últimas cuatro décadas. La crisis de la financierización de la economía mundial va ingresando de manera zigzageante en un zona de  depresión, las principales economías capitalistas tradicionales crecen poco o nada[1] y China se desacelera rápidamente.  Frente a ello Occidente despliega su último recurso: el aparato de intervención militar integrando componentes armadas profesionales y mercenarias, mediáticas y mafiosas articuladas como “Guerra de Cuarta Generación” destinada a destruir sociedades periféricas para convertirlas en zonas de saqueos. Es la radicalización de un fenómeno de larga duración de decadencia sistémica donde el parasitismo financiero y militar se fue convirtiendo en el centro hegemónico de Occidente.


No presenciamos la “recomposición” política-económica-militar del sistema como lo fue la reconversión keynesiana (militarizada) de los años 1940 y 1950 sino su degradación general. La mutación parasitaria del capitalismo lo convierte en un sistema de destrucción de fuerzas productivas, del medio ambiente, y de estructuras institucionales donde las viejas burguesías se van transformando en círculos de bandidos, novedoso encumbramiento planetario de lumpenburguesías centrales y periféricas.      

La declinación del progresismo

Inmersa en este mundo se despliega la coyuntura latinoamericana donde convergen dos hechos notables: la declinación de las experiencias progresistas y la prolongada degradación del neoliberalismo que las precedió y las acompaño desde países que no entraron en esa corriente de la que ahora ese neoliberalismo degradado aparece como el sucesor.

Los progresismos latinoamericanos se instalaron sobre la base de los desgastes y en ciertos casos de las crisis de los regímenes neoliberales y cuando llegaron al gobierno los buenos precios internacionales de las materias primas sumados a políticas de expansión de los mercado internos les permitieron recomponer la gobernabilidad.

El ascenso progresista se apoyó en dos impotencias; la de la derechas que no podían asegurar la gobernabilidad, colapsadas en algunos casos (Bolivia en 2005, Argentina en 2001-2002, Ecuador en 2006, Venezuela en 1998) o sumamente deterioradas en otros (Brasil, Uruguay, Paraguay) y la impotencia de las bases populares que derrocaron gobiernos, desgastaron regímenes pero que incluso en los procesos más radicalizados no pudieron imponer revoluciones, transformaciones que fueran más allá de la reproducción de las estructuras de dominación existentes.

En los casos de Bolivia y Venezuela los discursos revolucionarios acompañaron prácticas reformistas plagadas de contradicciones, se anunciaban grandes transformaciones pero las iniciativas se embrollaban en infinitas idas y venidas, amagos, desaceleraciones “realistas” y otras astucias que expresaban el temor profundo a saltar las vallas del capitalismo. Ello no solo posibilitó la recomposición de las derechas sino también la proliferación a nivel estatal de podredumbres de todo tipo, grandes corrupciones y pequeñas corruptelas.

Venezuela aparece como el caso más evidente de mezcla de discursos revolucionarios, desorden operativo, transformaciones a medio camino y autobloqueos ideológicos conservadores. No se consiguió encaminar la transición revolucionaria proclamada (más bien todo lo contrario) aunque si se logró caotizar el funcionamiento de un capitalismo estigmatizado pero de pié, obviamente los Estados Unidos promueven y aprovechan esa situación para avanzar en su estrategia de reconquista del país. El resultado es una recesión cada vez más grave, una inflación descontrolada, importaciones fraudulentas masivas que agravan la escasez de productos y la evasión de divisas que marcan a una economía en crisis aguda[2].

En Brasil el zigzagueo entre un neolioberalismo “social” y un keynesianismo light casi irreconocible fue reduciendo el espacio de poder de un progresismo que desbordaba fanfarronería “realista” (incluida su astuta aceptación de la hegemonía de los grupos económicos dominantes). La dependencia de las exportaciones de commodities y el sometimiento a un sistema financiero local transnacionalizado terminaron por bloquear la expansión económica, finalmente la combinación de la caída de los precios internacionales de las materias primas y la exacerbación del pillaje financiero precipitaron una recesión que fue generando una crisis política sobre la que empezaron a cabalgar los promotores de un “golpe blando” ejecutado por la derecha local y monitoreado por los Estados Unidos.

En Argentina el “golpe blando” se produjo protegido por una máscara electoral forjada por una manipulación mediática desmesurada, el progresismo kirchnerista en su última etapa había conseguido evitar la recesión aunque con un crecimiento económico anémico sostenido por un fomento del mercado interno respetuoso del poder económico. También fue respetada la mafia judicial que junto a la mafia mediática lo acosaron hasta desplazarlo políticamente en medio de una ola de histeria reaccionaria de las clases altas y del grueso de las clases medias.

En Bolivia Evo Morales sufrió su primera derrota política significativa en el referendum sobre reelección presidencial, su llegada al gobierno marcó el ascenso de las bases sociales sumergidas por el viejo sistema racista colonial. Pero la mezcla híbrida de proclamas antiimperialistas, postcapitalistas e indigenistas con la persistencia del modelo minero-extractivista de deterioro ambiental y de comunidades rurales y del burocratismo estatal generador de corrupción y autoritarismo terminaron por diluir el discurso del “socialismo comunitario”. Quedó así abierto el espacio para la recomposición de las elites económicas y la movilización revanchista de las clases altas y su séquito de clases medias penetrando en un vasto abanico social desconcertado.           

Ahora las derechas latinoamericanas van ocupando las posiciones perdidas y consolidan las preservadas , pero ya no son aquellas viejas camarillas neoliberales optimistas de los años 1990, han ido mutando a través de un complejo proceso económico, social y cultural que las ha convertido en componentes de lumpenburguesías nihilistas embarcadas en la ola global del capitalismo parasitario.

Grupos industriales o de agrobusiness fueron combinando sus inversiones tradicionales con otras más rentables pero también más volátiles: aventuras especulativas, negocios ilegales de todo tipo (desde el narco hasta operaciones inmobiliarias opacas pasando  por fraudes comerciales y fiscales y otros emprendimientos turbios) convergiendo con “inversiones” saqueadoras provenientes del exterior como la megaminería o las rapiñas financieras.

Dicha mutación tiene lejanos antecedentes locales y globales, variantes nacionales y dinámicas específicas, pero todas tienden hacia una configuración basada en el predominio de elites económicas sesgadas por la “cultura financiera-depredadora” (cortoplacismo, desarraigo territorial, eliminación de fronteras entre legalidad e ilegalidad,   manipulación de redes de negocios con una visión más próxima al videojuego que a la gestión productiva y otras características propias del globalismo mafioso) que disponen del  control mediático como instrumento esencial de dominación rodeándose de satélites políticos, judiciales, síndicales, policiales-militares, etc.      

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