París ha rechazado hoy la acusación de Ruanda de que Francia estuvo al tanto de los preparativos y participó en el genocidio de 1994, en el que murieron 800.000 personas pertenecientes a la minoría tutsi. El estado africano lanza graves acusaciones contra 13 responsables políticos y 20 militares franceses, entre ellos el fallecido François Mitterrand, a los que culpa del genocidio de 1994, en el que fueron asesinadas 800.000 personas.
El Ministerio francés de Asuntos Exteriores ha afirmado en un comunicado que son "inaceptables" las acusaciones de una comisión oficial que aseguran que su país "participó en la ejecución" de la matanza.
La comunicación afirma que París sigue confiando en las conclusiones de su propia comisión investigadora, que en 1998 examinó el papel de Francia antes y después del asesinato del presidente ruandés Juvenal Habyarmana, cuya muerte desencadenó el genocidio. "Uno puede hacerse preguntas sobre la objetividad del mandato confiado a una comisión independiente que fue encargada por las autoridades ruandesas de reunir pruebas que demuestren la implicación del Estado francés en el genocidio", dice el Ministerio.
La prensa francesa, por su parte, recuerda hoy que el establecimiento de la comisión fue la respuesta del presidente de ese país, Paul Kagame, a las órdenes internacionales de detención, lanzadas por el juez francés Jean-Louis Bruguière contra allegados del propio presidente. El Gobierno francés, aliado de Habyarimana contra la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que dirigía entonces Kagame, es acusado de haber instruido a los futuros asesinos y de haber contribuido a la radicalización étnica contra los tutsis.
Francia ha insistido en que "permanece intacta" su voluntad de "construir una nueva relación con Ruanda, más allá de ese pasado difícil", y ha recordado su estrecha cooperación con el Tribunal Penal Internacional sobre Ruanda, instancia encargada de juzgar a los responsables del genocidio.
El Ministerio francés de Asuntos Exteriores ha afirmado en un comunicado que son "inaceptables" las acusaciones de una comisión oficial que aseguran que su país "participó en la ejecución" de la matanza.
La comunicación afirma que París sigue confiando en las conclusiones de su propia comisión investigadora, que en 1998 examinó el papel de Francia antes y después del asesinato del presidente ruandés Juvenal Habyarmana, cuya muerte desencadenó el genocidio. "Uno puede hacerse preguntas sobre la objetividad del mandato confiado a una comisión independiente que fue encargada por las autoridades ruandesas de reunir pruebas que demuestren la implicación del Estado francés en el genocidio", dice el Ministerio.
La prensa francesa, por su parte, recuerda hoy que el establecimiento de la comisión fue la respuesta del presidente de ese país, Paul Kagame, a las órdenes internacionales de detención, lanzadas por el juez francés Jean-Louis Bruguière contra allegados del propio presidente. El Gobierno francés, aliado de Habyarimana contra la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que dirigía entonces Kagame, es acusado de haber instruido a los futuros asesinos y de haber contribuido a la radicalización étnica contra los tutsis.
Francia ha insistido en que "permanece intacta" su voluntad de "construir una nueva relación con Ruanda, más allá de ese pasado difícil", y ha recordado su estrecha cooperación con el Tribunal Penal Internacional sobre Ruanda, instancia encargada de juzgar a los responsables del genocidio.
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