La asociación por la recuperación de la memoria histórica Durango 1936 Kultur Elkartea estrenará mañana (20.00 horas, Plateruena) un documental con testimonios de una veintena de personas que sufrieron la Guerra Civil en la villa. Será uno de los actos del programa Agurrik gabeak
Deia
¿Qué ha querido plasmar en el documental "Durango, oroimenaren gogoan"?
El documental recoge los testimonios de familiares de los represaliados por el franquismo, tanto durante la Guerra Civil como en la posguerra. Es un homenaje a todas aquellas personas que entregaron su vida en defensa de la democracia y la libertad.
La democracia no se inventó en 1975. La Guerra Civil rompió con la democracia de la República. Es una tragedia que todavía hoy la estamos viviendo. En algunas grabaciones realizadas en la calle, por ejemplo, había familiares que miraban a los lados, todavía con el miedo metido en el cuerpo.
Sentimientos a flor de piel. ¿Cómo es la película?
Se trata de un documental intimista. Diferente, porque la mayoría existente muestra más el relato bélico. A mí me ha interesado más el recuerdo de sus vivencias, de sus sentimientos, que el relato bélico en sí mismo.
Los protagonistas cuentan la guerra vista desde los ojos de los niños que eran entonces.
Sí, aunque no he querido personalizar. No aparecen los nombres de los protagonistas ni el de sus verdugos. He preferido centrar el relato en la tragedia en sí misma, apartarme del relato bélico y dar mayor importancia a los sentimientos.
Deja grabada para la historia la necesaria memoria de una veintena de personas de Durango.
Hemos entrevistado a diecinueve personas. De esas más de veinte horas de grabación, sólo se recogen unos minutos en el documental. Detrás de todo hay mucho trabajo.
¿Entonces, la base y esencia del trabajo son los mismos testimonios?
Recoger testimonios ha supuesto un gran trabajo sin duda. Los protagonistas, además, añaden naturalidad y frescura al no existir un guión preestablecido. Han contando lo que han querido. En ellos está el drama del documental, y, por lo tanto, todo el peso del montaje ha recaído en la edición posterior.
¿Cómo es la estructura?
Se trata de un montaje lineal clásico: introducción, desarrollo y desenlace. La primera parte trata de hacer ver la vida antes del golpe de Estado. A continuación, surge la consiguiente guerra, y, en último lugar, haciendo hincapié en la posguerra, deja un final abierto: el drama continúa.
Cuenta que la voz en off cumple una misión pedagógica. Explíquelo.
La voz en off tiene una misión, digamos pedagógica, pues introduce un relato de los hechos acompañado con unas imágenes de archivo como complemento a tal relato.
¿A qué público va dirigido?
Creo que Durango, oroimenaren gogoan resulta enriquecedor para todos aquellos que no conocen muy bien lo que fue o lo que supuso el golpe de estado y la consecuente Guerra Civil. Cuenta los recuerdos que los protagonistas han guardado en silencio, en su interior, y que, como ya he dicho antes, muchos todavía sienten miedo al hablar de este tema. Además, relata la realidad más cercana: vista desde Durango.
El documental ofrece un final con puntos suspensivos.
Sí, porque, parece que esto todavía no se ha acabado.
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