Gara, Rebelión
Raji Sourani es un veterano defensor de los derechos humanos, conculcados diariamente por el ocupante israelí, y en Gaza, un referente para los activistas solidarios de Euskal Herria y otros países europeos que han conseguido llegar a ese territorio palestino.
Raji Sourani, director del Centro Palestino de Derechos Humanos, ha vuelto a Euskal Herria de la mano de IPES y la Plataforma Iruña Contra las Guerras -en la que se integran, entre otros grupos, Askapena, Komite Internazionalistak, LAB, CGT, Mugarik Gabe, Palestinarekin Elkartasuna y Rosa Negra-. Quince años después, la denuncia sigue siendo la misma: la ocupación israelí y la complicidad occidental, liderada por EEUU y la UE, siguen siendo el origen de las principales conculcaciones de derechos humanos que padecen los palestinos, tanto en Gaza como en Cisjordania.
¿Cómo definiría la situación que actualmente se está viviendo en Palestina desde el punto de vista de las conculcaciones de derechos humanos?
En Gaza, se está padeciendo un proceso de estrangulamiento económico y social, además de crímenes contra la Humanidad, que se han cometido contra civiles protegidos por el derecho internacional. EEUU y la UE otorgan total y absoluta impunidad al Estado de Israel, que comete estos actos de crímenes de guerra. Es una vergüenza que en un contexto en el que Israel aumenta el número de crímenes que comete, los estados europeos y EEUU incrementan sus relaciones bilaterales con Israel en lugar de imponerle sanciones. Es una vergüenza que haya estados, como el español, que pidan excusas porque sus tribunales hayan intentado juzgar a individuos que han cometido crímenes de guerra. Es vergonzoso que la UE y EEUU voten en contra del informe Goldstone tanto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU como en la Asamblea General. Esto supone actuar basándose en la ley de la selva y no en el Estado de Derecho. De este modo, se envía un mensaje aterrador a Oriente Medio. Cuando estamos a punto de que se cumpla un año de la guerra que llevaron a cabo contra la población civil de Gaza, el hedor de destrucción y muerte permanece intacto, igual que el último día de la guerra. El estado de ahogo social y económico que produce el bloqueo continúa. No tenemos intención de ser buenas víctimas. La situación de los territorios ocupados no es una cuestión humanitaria, sino que es un tema político. Gaza no puede ser una granja de animales a la que se arroja de vez en cuando algo de comida. Nuestra reivindicación es la autodeterminación, la independencia y el Estado palestino. Para ello, tenemos que poner fin a la criminal ocupación israelí. Estén seguros de que el pueblo palestino es fuerte y ni olvidará ni perdonará los crímenes de guerra cometidos por Israel. Al igual que Israel persiguió a los criminales de guerra durante 70 años, nosotros haremos lo mismo. Somos cien veces más fuertes en la búsqueda de un pueblo libre, basado en la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos. Estamos orgullosos de mantener históricamente una relación privilegiada con la sociedad civil y las instituciones vascas.
Cuando está a punto de cumplirse un año de la masacre de Gaza cometida por el Ejército israelí, la situación de bloqueo se mantiene, con la conculcación de derechos que ello supone. ¿Cuál es la situación que se vive en el día a día?
En Gaza viven 1,6 millones de personas en apenas en 365 kilómetros cuadrados. Padecen un bloqueo total y absoluto. El Cuarteto, en el que se incluye la UE, dio cobertura a la política de boicot contra un Gobierno elegido democráticamente en 2006 [el de Hamas]. Israel controla Gaza desde el mar, la tierra y el aire. Es una potencia ocupante. Según la legislación internacional, controlan la vida de la población civil. Tenemos al 65% de la población sin ingresos ni trabajo. El 90% está por debajo de la línea de pobreza. Sólo permiten oficialmente la entrada en Gaza de 32 productos. Tenemos serios problemas humanitarios, sociales, económicos y sanitarios en todos los aspectos de la vida. El mundo entero se escandalizó por los efectos del embargo contra Irak en la década de 1990. Era un embargo que sólo afectaba a los bienes. Nuestro bloqueo afecta a los bienes y al movimiento de las personas. La gente sufre problemas básicos. Se conculca el derecho a la alimentación, a la vida, a la salud, a la educación y a la atención sanitaria. No estamos hablando de la autodeterminación ni de la independencia. Israel y los estados occidentales quieren que Gaza se convierta en una nación de mendigos. Quieren destruir nuestra dignidad y orgullo. No estamos pidiendo demasiado. El artículo uno de la Cuarta Convención establece obligaciones legales para la comunidad internacional en caso de ocupación para proteger a los civiles. No somos defensores de Hamas, Al-Fatah o FPLP. Son grupos políticos y militares que saben defenderse solos. Los crímenes y el bloqueo han fortalecido a Hamas. No han sufrido efectos negativos. Europa, EEUU e Israel lo saben, pero quieren acabar con la dignidad de un pueblo. Es un desastre humanitario provocado por los hombres en pleno siglo XXI. Y esto no lo decimos sólo nosotros, los palestinos, sino todas las organizaciones de derechos humanos, incluidas las israelíes.
Ha comentado que Hamas se ha reforzado en Gaza. Periódicamente, los medios occidentales publican informaciones sobre el incremento de conculcaciones de derechos humanos y la instauración de un régimen islamista radical, en especial sobre el incremento de la discriminación de la mujer y la prohibición del alcohol. ¿Estas informaciones corresponden a la realidad?
¿Realmente el problema es que no hay alcohol? En Palestina, la presencia del alcohol es muy limitada. Incluso en la época en la que Yasser Arafat dirigía la Autoridad Palestina estaba restringido legalmente. Actualmente, en Cisjordania no se puede encontrar un diario con publicidad de bebidas alcohólicas, aunque se produce vino y cerveza en Ramallah y Belén. En relación a las mujeres, no se puede decir que su situación haya cambiado. No hay imposiciones, es algo que no permitiríamos. Hay una tendencia general en todo Oriente Medio que introduce cambios en el modo de vestir de las mujeres. El lunes, Hamas celebró su 22º aniversario y reunió a medio millón de personas. Son parte de nuestra problemática social y política y de nuestra lucha. Es obvio que Hamas ha experimentado un crecimiento importante en los últimos 20 años. Antes, era la izquierda la que controlaba los territorios ocupados. Como ha sucedido en todo el mundo, la izquierda se ha debilitado, por muchas razones.
Sin embargo, se está difundiendo la idea de que en Gaza están creciendo alarmantemente los niveles de extremismo en los últimos meses.
¿Cuál es la situación ideal para que crezca el extremismo? Bloqueo, aislamiento, pobreza, agresión, matanzas, prácticas inhumanas, ocupación, inseguridad. Esta es una receta infalible. Tenemos que estar contentos por tener a Hamas. Porque si no, tendríamos a Al-Qaeda. La situación que padecemos es completamente inhumana. Hamas no es un ente fundamentalista ni extremista, sino un partido político. Son parte de nosotros. Integran la estructura política palestina. Lo queramos o no, tienen sus seguidores. Y ganaron las elecciones, en un proceso transparente y democrático bajo supervisión internacional. No creo que Arafat fuera extremista, fundamentalista ni de Al-Qaeda. Aun así fue encarcelado, sitiado y, al final, asesinado por Israel. En cambio, Tzipi Livni, quien preparó los crímenes de guerra en Gaza del pasado invierno, ahora es la izquierda en Israel. Avigdor Lieberman ocupa un papel destacado. Y no quiero ni hablar de Netanyahu. Si comparamos a Hamas con la política que llevan a cabo los líderes israelíes, resulta que es una formación completamente light. Nosotros somos la población ocupada y ellos son la fuerza ocupante. No tienen ningún derecho a escoger nuestros representantes políticos. Siempre están buscando excusas para poder desviar al debate de los verdaderos temas y quedarse en los accesorios. Únicamente necesitamos dos cosas: el fin de la ocupación y un Estado de Derecho. No hay que confundirse.
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