"Cuando
hay una causa justa por la que pelear, y Palestina es mucho más que eso,
se superan todas las desigualdades -las ideológicas y las bélicas-, y
eso es lo que precisamente ha quedado demostrado en el campo de batalla."
Carlos Aznárez
http://www.insurgente.org/
Indiscutiblemente Israel quiso en
todos estos dolorosos días de asesinatos masivos, borrar al pueblo de
Gaza del mapa de Medio Oriente.
Quiso, pero no pudo, y la razón
fundamental es que se equivocó de cabo a rabo la Inteligencia
nazi-sionista cuando imaginó que cuantos más muertos le produjera a la
población civil, cuantos más niños y niñas cayeran con sus cuerpecitos
destrozados por las bombas de fósforo arrojadas por los "valientes"
soldados de Tel Aviv, la consecuencia inmediata iba a ser fundamental
para "quitarle el agua" a la Resistencia. Se equivocaron y ocurrió todo
lo contrario: el pueblo palestino abrazó a sus hijos más corajudos, a
esos que en las peores de las circunstancias le dieron batalla al
enemigo, y lograron revertir la enorme desigualdad bélica. La lucha
armada de Hamas y el resto de las organizaciones militantes palestinas
se convirtió en el infierno de los invasores, que en su desesperación
sólo atinaron a seguir matando civiles y cargando a su cuenta crímenes
de lesa humanidad que han colocado a Israel en el peor de los
andariveles.
-Más allá de las idas y vueltas que tengan las negociaciones
diplomáticas, está claro que la Resistencia Palestina ha ganado la
batalla política y militar contra su agresor, y lo ha hecho casi en
soledad, contra un enemigo despiadado, que no sólo es Israel, sino que
tiene bases económicas y militares en Washington, en Londres, en París,
en Berlín y en casi todos los países de la Unión Europea que
permanentemente se arrodillan ante los lobbies sionistas que les tocan
en suerte. Ni que decir de los gobiernos de América Latina que siguen
comprando armas a Tel Aviv.
-Los milicianos de Hamas, de la Yihad Islámica, del FPLP y
también muchos combatientes de Al Fatah que hicieron oídos sordos a las
recomendaciones en contrario planteadas por ese camaleón llamado Mahmoud
Abbas, dieron una lección a los sionistas y también al mundo. Cuando
hay una causa justa por la que pelear, y Palestina es mucho más que eso,
se superan todas las desigualdades -las ideológicas y las bélicas-, y
eso es lo que precisamente ha quedado demostrado en el campo de batalla.
Hamás se preparó durante los últimos años para este momento, ya que
sabía que el expansionismo imperialista israelí lo volvería a intentar.
Incluso lo advirtieron de mil maneras, y hasta interceptaron
transmisiones del principal canal televisivo israelí, para recordarles:
"Vengan, los estamos esperando". Así fue: la soldadesca asesina
sionista, con sus cerebros lavados y machacados desde la infancia, con
el odio racista que los ha caracterizado siempre, y con la pedantería
soez que da el hecho de creerse "el pueblo elegido", no pudieron avanzar
con sus tanques más allá de lo que la propia Resistencia les impuso.
Por supuesto que frente a cada baja sufrida (más de 150 soldados y
oficiales israelíes muertos) hicieron sentir su venganza, bombardeando
mercados, escuelas, hospitales, centros de refugio y cualquier otro
punto donde se concentraron los desesperados ciudadanos de Gaza. Pero a
pesar de ello y de la intermitencia de las bombas y los cañonazos de los
tanques, no pudieron meter el miedo en el cuerpo a la población hasta
el punto de que renunciara a la solidaridad con quienes combatían el
terror con las armas en la mano.
-Israel, como también lo hizo Estados Unidos en Vietnam y en
Iraq, pueden darse el siniestro lujo de bombardear (con aviones o
drones) y destruir miles de viviendas, martirizando a casi dos mil
palestinos y palestinas e hiriendo gravemente a otros 10 mil, pero en
algún momento las batallas se resuelven en tierra, y otra vez Gaza fue
la tumba de los deseos sionistas de apoderarse del territorio (a la
sazón el único sitio libre que le queda a la Palestina ocupada) y echar a
sus pobladores al mar o al desierto.
-Como en toda batalla que se precie, por más desigual que
ésta sea, hubo un punto de inflexión para desentumecer la indiferencia
cómplice de la más que devaluada "comunidad internacional", y en este
caso pasó por la locura sionista de creer que puede embestir contra todo
y contra todos con la más absoluta impunidad. Las bombas que
destruyeron las escuelas de la ONU una y otra vez, rebalsaron el vaso de
la prolongadísima paciencia internacional y entonces sí se pudo
escuchar por primera vez, que aquellos que habían dejado a Palestina en
la más absoluta soledad mientras el genocida hacía su tarea, amonestaran
al invasor y encararan una presión que de producirse un mes antes
hubiera ahorrado varios miles de mártires.
-Otra consecuencia inmediata y muy peligrosa para el Estado
terrorista israelí, es que al calor de los cohetes que arrojó
profusamente la Resistencia contra los asentamientos de colonos judíos
que ocupan tierra Palestina, muchos de ellos abandonaron su estilo
altivo y prepotente, rayano casi siempre en la criminalidad, y huyeron
como ratas del desierto, generando un mar de desplazados. Una cosa es
estar instalado con todas las comodidades, y apoyado en el cañón de los
fusiles, en una tierra que no les pertenece, después de haber producido
el etnocidio de la Naqba en 1948, y otra muy distinta, que el pequeño
David al que se ha intentado humillar durante más de 66 años, decida
devolver parte de la misma medicina.
Ahora, por primera vez en su siniestra historia el Estado
Terrorista israelí se encuentra con el grave problema de contener a
decenas de miles de judíos que temen retornar a sus viviendas, y exigen
una solución inmediata a su gobierno. Es decir, piden lo que ni
Netanyahu, ni Liberman, ni ningún mandamás sionista puede hacer, porque
el pueblo palestino está dispuesto a quedarse en su tierra para siempre,
y no desea vecinos violentos y expansionistas.
-Un aspecto importante que la Resistencia colocó sobre la
superficie ha sido exigir que el criminal bloqueo que Israel ha impuesto
durante años a la población de Gaza, sea levantado como parte de las
negociaciones para vislumbrar un futuro de paz. Como bien dijo el
dirigente de Hamas, Ismail Haniyeh: "Más que las mismas bombas que el
enemigo arroja cada año contra nuestros hombres, mujeres y niños, matan
las acciones del bloqueo, la falta de alimentos y medicinas, el dolor de
no saber cómo va a ser el día de mañana ni la posibilidad de salir a
pescar sin que te ametrallen". De allí, que este punto sea fundamental a
la hora de negociar un alto el fuego permanente.
-También en este debe y haber de una victoria indiscutible
por parte de la Resistencia, hay que destacar la enorme solidaridad de
pueblos y algunos gobiernos (los del ALBA en primera línea) que han
producido Latinoamérica y los países integrantes del Movimiento de No
Alineados. No hay en estos momentos un sitio en el planeta donde la
militancia consciente no agite banderas palestinas (en algunos lugares
como el País Vasco e Irlanda, las cuelguen en sus balcones), se
manifiesten en la calle por miles, o como en el caso de Evo Morales y
Nicolás Maduro, se pongan a la vanguardia de la condena al genocida,
rompiendo relaciones diplomáticas u ofreciendo sus territorios "libres
de sionismo" a los huérfanos de la masacre israelí.
-Israel con su proceder ha generado un gigantesco boomerang
que comienza a golpear la propia cabeza del monstruo. Los descendientes
de las víctimas del Holocausto han cometido uno similar, con menos
víctimas pero con iguales intenciones etnocidas. Como bien dice Fidel Castro en su última reflexión: "El
genocidio de los nazis contra los judíos cosechó el odio de todos los
pueblos de la tierra. ¿Por qué cree el gobierno de ese país que el mundo
será insensible a este macabro genocidio que hoy se está cometiendo
contra el pueblo palestino? ¿Acaso se espera que ignore cuánto hay de
complicidad por parte del imperio norteamericano en esta desvergonzada
masacre?"
-Palestina, como ayer
Hezbolah en El Líbano, han vencido a la muerte, demostrando que sólo con
lucha y más lucha (y no con conciliación o complicidades con el
enemigo) los pueblos avanzan. Seguramente muchos podrán opinar que el
precio pagado es muy alto, pero no hay que olvidar que a lo largo de la
historia de los pueblos, la Independencia se logra con el mayor de los
sacrificios. Y en esta oportunidad, Palestina ha dado una lección
inolvidable a todas y todos los que vienen detrás por iguales objetivos.
Ahora, más que nunca es necesario exigir Justicia para los crímenes de
lesa humanidad cometidos por Israel, y a la vez seguir incentivando el
boicot a los productos provenientes del Estado sionista. Que no cese la
solidaridad internacionalista, ni siquiera cuando las corporaciones
mediáticas "decidan" que los miles de muertos y heridos "ya no son
noticia". Ellos también, los escribas y plumíferos condescendientes con
quien más les paga, han sido derrotados por la Resistencia Palestina.
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