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2015/10/11

”LOS EJERCITOS SECRETOS DE LA OTAN” de Daniele Ganser


"...se podría decir que Gladio fue algo así como la contraparte europea de la Operacion Condor ejecutada en América Latina. En definitiva, un operativo de injerencia al cual se le permitía emplear cualquier método necesario para mantener a los elementos considerados ”peligrosos” alejados del poder político. Esos elementos ”peligrosos” eran, por supuesto, todos aquellos que no estaban sometidos o que no se plegaban a los intereses de los Estados Unidos."

* El atentado de ayer en Ankara (Turquia) recuerda a los atentados indiscriminados contra la  poblacion civil y contra organizaciones de izquierda realizados por la ultraderecha en Europa en las decadas de los 60, 70 y 80 del siglo pasado. Estas acciones se atribuyeron posteriormente a la Operacion Gladio, una red clandestina de caracter anticomunista que bajo la direccion de la OTAN y la CIA actuo basicamente durante la llamada Guerra Fria para impedir cambios en las estructuras de poder. Denunciada publicamente a comienzos de los años 90, en Gladio estuvieron implicados tambien ultraderechistas turcos a traves de la organizacion Lobos Grises que a su vez estarian fuertemente relacionados con redes mafiosas y con las cloacas del Estado turco. A dia de hoy nada se sabe de Gladio.

http://www.sepiavlc.com/
 
Este libro del historiador suizo Daniele Ganser, publicado en castellano en 2010 y que lleva por subtítulo La Operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental, supone la primera -y hasta hoy única- incursión académica que aborda con cierta profundidad el fenómeno de las redes secretas creadas por la OTAN en Europa después de la II Guerra Mundial. Unas redes que se revelaron como un conjunto coordinado de grupos terroristas paraestatales cuyo fin era frenar el avance de las izquierdas y, muy especialmente, impedir que comunistas alcanzasen posiciones de poder político en países del Occidente europeo.

Daniele Ganser, nacido en 1972 en Lugano, en el sur de Suiza, recibió en 2001 su diploma de doctorado con calificación insigni cum laude por la Universidad de Basilea con una tesis que sirvió de base para el libro que nos ocupa. Actualmente dirige el Swiss Institute for Peace and Energy Research e imparte clases en las universidades de St. Gallen y Basilea, habiendo sido profesor en las de Zurich y Lucerna, además de investigador del think tank Avenir Suisse y del Swiss Federal Institute of Technology in Zurich. También ha colaborado con el Ministerio de Exteriores Suizo y es autor de varios libros y artículos, dedicados fundamentalmente a los temas en los que está especializado: política internacional, geoestrategia, guerras encubiertas y recursos energéticos.

Con semejante curriculum, resulta evidente que estamos ante un historiador serio y profesional que no se deja llevar por rumores ni por teorías de la conspiración. Creo necesario subrayarlo debido a las suspicacias que puede levantar la temática del libro y porque, a decir verdad, muchos de los hechos que expone pueden resultar difíciles de creer. Y es que la perversa red terrorista que la OTAN tejió en Europa de la mano de servicios de inteligencia, responsables políticos, grupos ultraderechistas, organizaciones mafiosas y demás, es un claro exponente de que la realidad siempre supera la ficción.


Según se extrae del trabajo de Ganser, la idea de la Operación Gladio partió de unos supuestos relativamente razonables desde un punto de vista estratégico: en la inmediata posguerra, ante el temor a una hipotética invasión de Europa occidental por parte del Ejército Rojo, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido decidieron entrenar a una serie de individuos -muchos de ellos antiguos nazis y fascistas- que formarían un ejército secreto de respuesta rápida al que se denominó stay-behind. Pronto los bloques occidental/capitalista y oriental/comunista se consolidaron, dejando claro que tal invasión no iba a producirse. Comenzaba entonces la denominada Guerra Fría. Pero los ejércitos secretos, lejos de disolverse, continuaron desarrollándose y reorientaron su función inicial: de ahora en adelante debían estar listos para influir en la política interna de sus respectivos países cuando fuese requerido. Por su parte, la creación de la OTAN en 1949 fue clave para coordinar y consolidar las distintas ramas del stay-behind o lo que después sería conocido como Red Gladio.

En realidad, la red recibió una denominación distinta en cada país, siendo Gladio el nombre que se le dio en Italia; pero como fue en Italia donde tuvo una mayor actividad, finalmente y para simplificar, se ha conocido como Red Gladio al conjunto de la estructura. En cierto modo, se podría decir que Gladio fue algo así como la contraparte europea de la Operación Cóndor ejecutada en América Latina. En definitiva, un operativo de injerencia al cual se le permitía emplear cualquier método necesario para mantener a los elementos considerados ”peligrosos” alejados del poder político. Esos elementos ”peligrosos” eran, por supuesto, todos aquellos que no estaban sometidos o que no se plegaban a los intereses de los Estados Unidos. Los métodos de la Operación Cóndor son de sobra conocidos, de los de Gladio veremos algunos ejemplos a continuación.

La obra de Ganser, más allá de unos capítulos introductorios que sirven para ubicar al lector, está estructurada por países. Primero los dos que ejercieron como matriz de la red: Estados Unidos y Reino Unido; y después algunos -no todos- en los que ésta desarrolló su actividad: Italia, Francia, España, Portugal, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Alemania, Grecia y Turquía. Detenerse a reseñar cada uno de los capítulos, aunque fuera brevemente, resultaría demasiado engorroso, así que veremos tan solo algunos de los episodios más significativos que Ganser relaciona con la Red Gladio.

Sin duda, el capítulo más sobrecogedor es el dedicado a Italia. También es donde las pruebas de las conexiones de la OTAN y la CIA con masacres de civiles son más concluyentes. En Italia existieron, desde 1946 hasta 1987, posibilidades reales de que, o bien una alianza de izquierdas o bien el Partido Comunista, se hicieran con el poder a través de las urnas. Desde el principio la inteligencia norteamericana se involucró para distorsionar el rumbo político del país. Y, con el paso del tiempo, se fue configurando un pintoresco entramado desestabilizador del que formaban parte distintos servicios de inteligencia, funcionarios, bandas ultraderechistas, mafiosos, militares, logias masónicas y políticos conservadores. Pero las ”injerencias” alcanzaron su cima entre los años 1969 y 1980, los llamados Anni di piombo, cuando Gladio participó en una serie de acciones terroristas (Piazza Fontana 1969, Peteano 1972, Bolonia 1980…) de las que se culpaba a la izquierda para erosionar su prestigio y credibilidad. A esto hay que sumar ataques indiscriminados contra la izquierda que dejaron multitud de muertos y heridos. Una investigación parlamentaria concluía en el año 2000: ”aquellas masacres, bombas y acciones militares han sido organizadas, o promovidas o apoyadas por hombres dentro de las instituciones del Estado italiano y, como ha sido descubierto más recientemente, por hombres vinculados a las estructuras de la inteligencia de los Estados Unidos”.

El escándalo, sin embargo, había estallado mucho antes. En 1990, ante los descubrimientos del juez Felice Casson, el primer ministro italiano Giulio Andreotti se vio obligado a reconocer públicamente la existencia de Gladio. Es cierto que desde años antes ya existían evidencias, sospechas y hasta sentencias judiciales que apuntaban en aquella dirección, pero lo cierto es que pocos imaginaban la magnitud del escándalo. El impacto de la confesión de Andreotti sacudió a media Europa y desde muchos países se empezó a dar un nuevo enfoque a extraños sucesos que habían tenido lugar en las décadas pasadas. Incluso el Parlamento Europeo emitió una declaración en 1990 exigiendo explicaciones a los Estados Unidos y a la OTAN, aunque después nunca ha vuelto a pronunciarse sobre el tema.

Algunos de los hechos sobre los que planea, con mayor o menor certeza, la sombra de Gladio son: creación de la OAS e intento de golpe de Estado en Argel contra el gobierno de De Gaulle (1961), golpe de Estado en Grecia con resultado de instauración de una dictadura derechista (1967), matanza de Atocha en Madrid (1977), asesinato de Aldo Moro en Italia (1978), masacre del Oktoberfest en Múnich (1980), masacres de Brabant en Bélgica (1985), diversas masacres y golpes de Estado en Turquía… Aunque estos son solo ejemplos de una larga lista, también conviene subrayar que varias personas que habían decidido testificar sobre Gladio aparecieron muertas en extrañas circunstancias, así como que los ejércitos stay-behind sirvieron de salvoconducto para numerosos criminales de guerra nazis, incluidos oficiales de las SS.

El trabajo de Ganser presenta el inconveniente de que, por razones obvias, resulta muy difícil acceder a documentación concluyente acerca de los hechos que expone. Además, la lectura se resiente de algunos altibajos: pasajes realmente asombrosos se entretejen con otros mucho más áridos, algo, supongo, difícil de evitar. No obstante, una gran tenacidad y una notable valentía, consiguen construir un relato sólido y riguroso que cuando no aporta pruebas concluyentes sí aporta los suficientes indicios como para dar consistencia a su hipótesis. Sea como sea, Ganser ha vuelto a poner sobre la mesa un tema sumamente espinoso y controvertido que algunos creían convenientemente olvidado; y es seguro que en el futuro tendremos nuevas investigaciones que seguirán la senda que él ha trazado.

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