V. I. Lenin
Peter Watkins fue uno de los muchos 
realizadores de documentales que tuvieron cierto éxito 
partiendo de una forma de entender el cine más alejado de lo establecido
 en ese momento, haciendo auténticas maravillas con el falso documental The war game (Oscar al mejor documental en 1966 y censurada en la BBC, la propia productora, hasta 1985),
 que trataba las terribles consecuencias en la población inglesa de 
Rochester tras un hipotético ataque nuclear. Luego vendría la polémica Punishment Park,
 donde se recreaba una sociedad donde Richard Nixon usaba el terror por 
parte de su gobierno para mantener el control sobre los ciudadanos, por 
lo que directamente fue prohibida. Desde entonces, su cine pasó a ser 
marginado y su nombre, olvidado.
En el año 2000 se le propuso hacer una película sobre los sucesos de París
 de 1871, que de hecho,es probablemente la mejor película sobre los 
acontecimientos de La Comuna realizada.  El director realiza una recreación de los eventos que tuvieron lugar 
durante la Comuna de París y los relaciona con el momento actual, 
mediante la intervención de dos cadenas de televisión: una oficialista y
 otra que presenta las opiniones de los rebeldes.
Peter Watkins, uno de los creadores del formato que mezcla ficción 
cinematográfica con documental, eligió una fábrica abandonada, 
precisamente donde estuvo ubicado el primer estudio cinematográfico de 
la historia, de George Melies, para llevar a cabo sus 18 días de 
intenso rodaje en blanco y negro con actores no profesionales, para 
sumergirnos de lleno en el movimiento revolucionario de la época. 
Además, y esto es una de sus grandes aportaciones, hace una crítica al 
poder y al papel de los medios de comunicación, los de antes, pero sobre
 todo los actuales, añadiendo a la ecuación dos ficticios canales de 
televisión que 
retransmiten y cubren todo el proceso, como es la 
conservadora  Televisión Nacional de Versalles y la progresista (e 
ingenua) Televisión Comunal..
Lo primero que sorprende es lo 
minuciosamente cuidado con el que está contado todo lo acontecido sobre 
las causas, el ascenso y la caída de la Comuna, aquel movimiento obrero 
que posteriormente tanto marxistas como anarquistas sentirían como común.
 Sin maniqueísmo y sin esconder nada, la cámara de Watkins, en eterno 
movimiento, va entrevistando a soldados, mujeres o periodistas que se 
encuentran en París, cada uno con una opinión. 
Las continuas entrevistas van creando un puzzle que va montanto la 
historia de los acontecimientos de La Comuna, mientras los medios, en 
este caso la Televisión Nacional Versalles, hace el papel del típico 
medio controlado por el poder mediante la manipulación y la censura, 
representando la necesidad de apariencia de democracia necesaria para 
legitimarse, 
La Televisión Comunal es un medio que intenta retratar la realidad, pero
 
sin embargo, poco a poco sus propios reporteros no pueden evitar formar 
parte de la historia y juzgar esa historia con sus propios ojos. La 
objetividad es imposible, nos viene a decir Watkins, pero este segundo 
medio sí que intenta ser abierto y plural. 
La Commune se articula 
en un ejercicio de cierta improvisación con los actores y sus 
personajes, pues todos van opinando libremente sobre aquellos días y se 
busca intencionadamente cierto paralelismo con la actualidad.  De hecho 
el equipo de actores se encargo de investigar cada uno de su papel a 
representar, y tuvieron libertad a la hora de dar sus opiniones, 
intentando romper esa separación entre el actor y su papel.
Así que tenemos una especie de entre 
falso documental y recreación con elementos externos para la época que 
desgrana como nunca antes las causas de la Comuna con los ojos de aquel 
entonces (nada de chuminadas buenrollistas y políticamente correctas 
previo destrozo de la historia como Los Miserables de Tom 
Hooper) con una veracidad que asusta, consiguiendo huir de la 
teatralidad fingida que en principio un único escenario puede condenar 
al relato, que reflexiona sobre los medios de comunicación y el poder 
que les da de comer a cambio de legitimarlo, la búsqueda de la 
imparcialidad, o el desdoblamiento entre actor y personaje para acabar 
hallando en el presente los ecos de la historia que se cuenta. Y todo 
eso con un ritmo portentoso y lleno de escenas para el recuerdo, como la
 sublevación de los soldados que se niegan a disparar a las mujeres 
parisinas al principio de la cinta. 
Fiel a su costumbre, La Commune, que había sido inicialmente 
producida por la cadena franco-alemana Arte, resultó censurada por esta 
misma: la excusa es que su formato de 5hs, 45 min resulta imposible de 
ver por la televisión, los motivos son otros; La Commune sigue la
 línea de las películas de Peter Watkins, casi todas ellas han resultado
 censuradas por un motivo u otro en los cuatro rincones del planeta. 
Se trata pues de una maravillosa pelicula, conscientemente relegada al 
olvido. No obstante, como hemos visto, el director Peter Watkins ha 
sido, quizás, el más o uno de los más censurados de la historia. Aquí 
intentamos sacar su película y a él mismo de ese intencionado olvido. A 
pesar de su duración, es recomendable hacer un poco de tiempo en la 
agenda y disfrutar y aprener de esta extraordinaria recreación de La 
Comuna de París, hito en la lucha "por la emancipación de toda la humanidad trabajadora, de todos los humillados y ofendidos".
 
En palabras de Marx:
 
"Los proletarios de París -- decía el Comité Central en su manifiesto
 del 18 de marzo --, en medio de los fracasos y las traiciones de las 
clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de 
salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos 
públicos . . . Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho 
indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el 
Poder."Pero la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar 
posesión de la máquina del Estado tal como está, y a servirse de ella 
para sus propios fines."
http://imbratisare.blogspot.fr/ 

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