"Hay un tímido resurgir de los grupos de extrema derecha, cada vez más
numerosos, con menos complejos y más decididos. Sin embargo, de momento
están muy lejos de poder aspirar a un frente electoral con alguna
posibilidad real. Tampoco cuentan a día de hoy con la capacidad de
movilización en las calles y de organización social que tienen en otros
países"
Publico
La crisis económica, a la que se suma la crisis de los grandes
partidos, es una ventana de oportunidad para nuevas fórmulas políticas
que pretenden hacerse con el descontento ciudadano. Aunque así lo ha
entendido la izquierda, éste también es el caldo de cultivo en el que
crecen los movimientos de extrema derecha y neonazis, que ahora reciben
los aires frescos que les vienen del Mediterráneo. Si la izquierda
quiere parecerse a la Syriza griega, los ultras españoles siguen
fascinados cada paso de Amanecer Dorado. Y si Italia ha sido quien ha
apadrinado un populismo progresista como el de Beppe Grillo, de quien
también muchos quieren tomar ejemplo, sus neonazis de estilo más
postmoderno, Casa Pound, tienen ahora también sus seguidores entre los
más jóvenes ultras españoles.
Hay un tímido resurgir de los grupos de extrema derecha, cada vez más
numerosos, con menos complejos y más decididos. Sin embargo, de momento
están muy lejos de poder aspirar a un frente electoral con alguna
posibilidad real. Tampoco cuentan a día de hoy con la capacidad de
movilización en las calles y de organización social que tienen en otros
países, tal y como señalan activistas, expertos y policías. Y esto se
debe fundamentalmente a dos motivos: por un lado, la cercanía en el
tiempo de la dictadura de Franco impide que las ideas más derechistas
puedan calar en una amplia base social afín pero aún acomplejada; por
otro, el Partido Popular continúa acogiendo en su seno a un sector que
en otros países abrazaría opciones fuera de los partidos conservadores
tradicionales, como ponían de manifiesto este verano las diversas
publicaciones de fotografías de miembros de Nuevas Generaciones con
simbología franquista y fascista.
A la Policía no le preocupa: “son muy pocos y están abocados al
fracaso” No obstante, el creciente descrédito del PP, provocado por las
políticas de ajuste y los casos de corrupción, está abriendo la puerta
para que la extrema derecha, que nunca ha dejado de estar al acecho,
pueda ir pescando en nuevos calderos. A estos abonos se suma el que
siembra el auge del soberanismo en Catalunya, que despierta el odio más
profundo en una derecha siempre convencida de que “España es una y no
51″. Al grito de ”No nos engañan, Catalunya es España”irrumpieron en la
delegación de la Generalitat en Madrid un grupo de militantes de Alianza
Nacional, uno de los tantos grupúsculos en los que se organizan los
jóvenes más “patriotas”.
“No contábamos con esta acción de protesta y la verdad es que nos
sorprendió” destaca José María Benito, portavoz del Sindicato Unificado
de Policía. Destaca lo “bien organizada” que estuvo y que “contaron con
un buen abogado y buen asesoramiento”. Pese a que Alianza Nacional hasta
ahora no destacaba entre la docena de agrupaciones ultras que anidan
por Madrid, este asalto ha provocado que Izquierda Unida pida su
ilegalización, posibilidad que la Fiscalía del Tribunal Supremo está
sopesando.
Pese a la alarma en las instituciones y medios de comunicación, desde
la Policía afirman que ésta no es una de sus prioridades. “La extrema
derecha en España no nos preocupa, son muy pocos y están abocados al
fracaso” afirma Benito. No les preocupa, pero sí están al tanto del
proceso de reorganización que se está produciendo en el seno de los
grupos más combativos, que el pasado 18 de julio impulsaron la nueva
plataforma unitaria España en Marcha. En ella confluyen La Falange, Nudo
Patriota, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español y Democracia
Nacional. Esta plataforma ha saltado a la palestra a raíz de la
convocatoria que lanzó para marchar en manifestación este 12 de octubre,
Día de la Hispanidad, en Barcelona bajo el lema ”Catalanidad es
Hispanidad”. En un primer momento su objetivo era salir del popular
barrio de Sans e ir hasta Montjuïc, “pero la presión popular ha
conseguido que las autoridades les ilegalicen ese recorrido y les
prohíban pasar por Sants”, explica David Karvala, portavoz de la
Plataforma contra el Feixisme y el Racisme de Barcelona.
Aires mediterráneos
En Valencia los neonazis siguen gozando de uno de sus mayores feudos,
contando con una mayor base social y el apoyo de un importante
entramado empresarial. El pasado 9 de octubre, Día de la Comunidad
Valenciana, irrumpieron en la manifestación un centenar de jóvenes
neonazis con una pancarta en la que podía leerse “combatimos el
independentismo”. Al poco de iniciarse la marcha, desplegaron otra
pancarta pidiendo la libertad “a los presos políticos griegos”. Desde la
muerte del emblemático joven militante antirracista Guillem Agulló el
11 de abril de 1993, apuñalado por el skin Pedro José Cuevas, la
Comunidad Valenciana ha sido la zona donde más agresiones fascistas se
han registrado, mientras sus agrupaciones crecían más que en cualquier
otra parte. España 2000, con fuertes relaciones con el Frente Nacional
de Le Pen, cuenta con tres concejales en el Comunidad Valenciana y otro
en la localidad madrileña de Alcalá de Henares.
En Valencia los ultras llevaron un pancarta pidiendo la la “libertad
para los presos políticos griegos”Su líder es José Luis Roberto, sin
duda uno de los personajes más carismáticos del mundillo ultra. Antiguo
militar y propietario de la empresa Levantina de Seguridad, en la que se
ha dicho que se adiestran los jóvenes militantes de España 2000,
también es propietario de un buen número de empresas dedicadas a
hostelería, comunicación, material contra incendios, deportivas,
alimentación para deportistas, uniformidad militar y laboral, teniendo
más de un millar de empleados a sueldo. Es conocida su faceta de
representante del mundo de los locales de prostitución, siendo el jefe
de los servicios jurídicos y secretario general técnico de la Asociación
Nacional de Empresarios de Locales de Alterne, lo que le ha granjeado
críticas por parte de otros grupos de extrema derecha más
tradicionalistas. Entre otras hazañas, en su haber cuenta con una
detención durante la Transición por la colocación de dos bombas en unos
encuentros independentistas de Valencia. También ha sido denunciado por
diversas organizaciones, como SOS Racismo, por incitar al odio racial,
la violencia y la discriminación, permitiendo que en sus manifestaciones
sean coreados lemas xenófobos y racistas, así como por la exhibición de
emblemas nazis y fascistas.
Más al norte, en Catalunya, la extrema derecha también ha crecido y
mutado durante los últimos años. “Desde la perspectiva catalana hay dos
realidades diferentes que se solapan. Por un lado, el discurso populista
de Plataforma per Cataluna (PxC) y Josep Anglada; por otro, los grupos
neonazis más similares a los de España en Marcha”, explica David
Karvala, el portavoz de la Plataforma contra el Feixisme y el Racisme de
Barcelona. Sin embargo, las derrotas electorales de Anglada, que bajó
del 2,4 % al 1,6% de los votos en un momento de auge de la extrema
derecha en España y Europa, ha hecho girar a parte de su base social y
mirar directamente a un horizonte más nacional-socialista. En Barcelona
han irrumpido unos nuevos jóvenes que hacen gala de un discurso
innovador y desconocido hasta el momento: son los que se reúnen en
elCasal Tramontana, en el barrio barcelonés de El Clot.
Mutación en curso
A principios de 2012 apareció este Casal Tramontana, a imagen y
semejanza de los italianos de Casa Pound, neo-fascistas de nuevo cuño
que se alejan de los discursos tradicionalistas de la extrema derecha
clásica y luchan en la trinchera de la denuncia de problemas sociales
como el de la vivienda. Con estética juvenil y discurso renovador, son
los nuevos camisas-negras que irrumpen sin complejos en las calles, tal y
como lo hicieron sus antecesores en la agitada Europa de los años 30.
Además, Tramontana actúa también como nexo entre el mundo skin y PxC, al
mismo tiempo que son los que más relaciones directas tienen con
Amanecer Dorado. Dos de los activistas más destacados de las juventudes
de PxC y del Tramuntana, Alejandro Fernández y Sergio Concepción,
viajaron a Grecia del 25 de agosto al 4 o 5 de septiembre y mantuvieron
reuniones con los dirigentes de la extrema derecha griega. “Este modelo,
con una estética más radical, se presentan como los nuevos
anti-sistema, es algo nuevo en el Estado Español, es la misma estrategia
que el fascismo clásico”, asevera Karvala.
El MSR reparte comida entre los necesitados y Respuesta Estudiantil se moviliza por la Educación pública
En esta línea también están en toda España los militantes
delMovimiento Social Republicano (MSR). A modo de ejemplo de su discurso
que rompe con el tradicionalismo de España en Marcha, este 12 de
octubre se manifiestan en Madrid bajo el lema “Por la República Social
Española”. Han participado en algunas manifestaciones en defensa de la
Sanidad pública, pero, también fijándose en Amanecer Dorado, una de sus
labores en la actualidad son los repartos de comida entre los más
necesitados, como el que llevaron a cabo el pasado 6 de octubre en
Sabadell. Además, en su web hacen campañas como “Saca tu dinero del
banco”.
Los más jóvenes seguidores de este fenómeno se han organizado en
Respuesta Estudiantil, un colectivo de estudiantes de extrema derecha
que se han sumado a la lucha contra las tasas y la reforma educativa de
Wert. Ya tienen colectivos organizados en al menos media docena de
universidades españolas. En todas sus apariciones públicas en protestas
unitarias han provocado choques con el resto de colectivos
estudiantiles, apareciendo en las manifestaciones en grupos con banderas
de España. “Cuando los estudiantes nos damos cuenta de la zozobra de
nuestro sistema educativo y de cómo la clase política está hundiendo al
país en la miseria, hartos de ver esta situación decidimos organizarnos,
y es cuando nace Respuesta Estudiantil”, declaran en su página web. En
Madrid, a grito de “Wert dimisión” ya han hecho su aparición en al menos
dos manifestaciones de estudiantes, de las que han tenido que ser
expulsados por la Policía para impedir el enfrentamiento con el resto de
jóvenes.
¿Tienen alguna posibilidad real todos estos movimientos de levantar
un referente unitario de extrema derecha en España? Veterano en el
activismo contra el fascismo y la intolerancia, David Karvala asegura
que “el riesgo existe”: “Si no hacemos nada es muy posible que continúen
creciendo y vayan ganando cada vez más parcelas de poder. Estos
movimientos crecen siempre que no se les para. Y la mejor forma para
hacerlo es señalarles públicamente como lo que son, unos fascistas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario