"...la consecuencia de esas intervenciones y alianzas militares criminales
es la huida desesperada de miles y miles de personas en búsqueda de
asilo. En el Mediterráneo se juntan con las que huyen de otras guerras
menos renombradas pero que sistemáticamente son provocadas por las
mismas potencias europeas o estadounidenses que saquean sus países,
desestabilizan gobiernos o asesinan presidentes poco colaboradores en
la venta a precios de saldo de sus riquezas."
Angeles Maestro
Red Roja
Un pueblo o una clase carece de
identidad, y por lo tanto de capacidad de obrar, si no sabe quiénes son
sus enemigos. Y esta conciencia colectiva es histórica porque se nutre
de la memoria de la lucha de generaciones anteriores y es concreta
porque da cuenta de las relaciones sociales en cada lugar y en cada
periodo determinado.
Este axioma fundamental, consustancial a
la lucha de clases, es el que se ha borrado de los discursos de las
formaciones que se mueven en la órbita de Podemos, incluyendo a IU. Y
cuando hablamos de la guerra imperialista como la expresión más brutal
de la lucha de clases el resultado es patético.
Esa identidad de clase y de pueblo es
la que permite establecer los vínculos entre los sucesos que las clases
dominantes se aprestan a ocultar. Por ejemplo, la relación entre las
Maniobras militares de la OTAN que se iniciarán el mes que viene,
financiadas con nuestros impuestos, y que se desarrollarán en
territorio del Estado español y la llamada crisis de los refugiados.
Esa conciencia es la que ayuda a
comprender que se trata de la misma OTAN que destruyó Libia, el país
que tenía el Índice de Desarrollo Humano más elevado de toda África. La
misma que financió y pertrechó a los talibanes para derrocar al único
presidente de toda la historia de Afganistán que sacó durante un breve
periodo a su país de la edad media. Los mismos estados miembros que
destruyeron a Iraq, el país árabe más desarrollado.
Los mismos jefes y jefas de gobierno de
países de la UE, de cualquier color político, que junto al de EE.UU.,
premio Nobel de la Paz, financian, entrenan y arman a los mismos
mercenarios y criminales que simultáneamente califican de terroristas y
que dicen perseguir. Y las bombas que dicen lanzar sobre el Estado
Islámico o Daesh caen en realidad sobre la resistencia kurda, siria o
libanesa. En este infame equipo de gobernantes europeos hay que incluir
al gobierno de Syriza-Anel que durante su corto mandato permitió que
Grecia participara en todas las maniobras y misiones organizadas por la
OTAN, estrechó la colaboración militar con Israel, puso a disposición
de EE.UU. y la OTAN la isla de Kárpatos para convertirla en una gran
base militar para la aviación, votó a favor de la prolongación de las
sanciones de la UE contra Rusia, etc.
Porque, precisamente, la consecuencia
de esas intervenciones y alianzas militares criminales es la huida
desesperada de miles y miles de personas en búsqueda de asilo. En el
Mediterráneo se juntan con las que huyen de otras guerras menos
renombradas pero que sistemáticamente son provocadas por las mismas
potencias europeas o estadounidenses que saquean sus países,
desestabilizan gobiernos o asesinan presidentes poco colaboradores en
la venta a precios de saldo de sus riquezas.
¿Y que ha pasado con las organizaciones
y dirigentes de la supuesta izquierda que saben perfectamente todo
eso? Yo acuso de complicidad dolosa a quienes no han tenido el valor de
enfrentarse a la propaganda de guerra que demoniza sistemáticamente a
los dirigentes del país atacado antes de destruirlo. La diana de esta
propaganda, el objetivo somos nosotros, nuestra capacidad para saber
quienes somos como clase, como pueblo, para enfrentar a nuestros
enemigos y descubrir que quienes pagan salarios de miseria por jornadas
de trabajo interminables son los mismos culpables directos de la
muerte de los miles de Aylanes de todo el mundo.
Lo que temen es que comprendamos eso,
que millones de trabajadoras y trabajadores de los países miembros de
la OTAN entendamos las bases del sistema que mece esta cuna mortal y
actuemos en consecuencia. Quizás la imagen más elocuente sea la del que
ha sido hasta haces pocos meses Secretario General de la OTAN (2009 -
2014), Anders Fogh Rasmussen, y responsable directo de los ataques a
Libia, a Afganistán, a Siria, etc, contratado como consultor del banco
estadounidense Goldman Sachs,. Sobre todo si sabemos que se trata del
mismo banco que tras la destrucción de Libia se apropió de 1.300
millones de dólares del Estado Libio y participó, con otros bancos
europeos y de EE.UU., en el expolio de sus fondos soberanos congelados
por las potencias agresoras al comienzo del ataque1.
Por ello produce una infinita vergüenza
ajena observar cómo la llamada crisis de los refugiados con sus
dramáticas imágenes de sufrimiento ha servido para que se haya desatado
una carrera entre los nuevos alcaldes y alcaldesas “rebeldes” - como
se autodenominan – para ver quién destina más recursos, para atender a
más personas y mostrar mejor su solidaridad. Todo eso mientras los
Centros de Internamiento de Emigrantes (CIES) están repletos, la
policía municipal va a la caza de los del top-manta, prosiguen los
desahucios de los pobres (de cualquier nacionalidad), etc.
Y sobre todo, lo hacen ahora, después
de que sus organizaciones permanecieran calladas e inactivas mientras
se aniquilaban los países de los que proceden las personas refugiadas.
Algunas de ellas, con sus intelectuales orgánicos, no sólo asistían
impasibles al desmoronamiento del potente movimiento contra la
guerra surgido ante la invasión de Iraq, sino que apoyaban directamente a
los “rebeldes” pertrechados por la OTAN. Prestaban así un ¿impagable?
apoyo a uno de los objetivos fundamentales del poder, identificado
perfectamente desde la creación de la OTAN en 1949: neutralizar al
enemigo interno2.
Porque ¿cómo debemos calificar a
dirigentes que miraron para otro lado mientras la OTAN, la UE, EE.UU. y
sus mercenarios locales devastaban los países de los que proceden los
refugiados - o incluso justificaron los ataques imperialistas desde
posiciones de supuesta izquierda - y que ahora se desgarran las
vestiduras ante las imágenes terribles de su dolor?
Atahualpa Yupanki en un poema memorable
decía: “¿ Que dios ayuda a los pobres?, tal vez si o tal vez no; lo
que es seguro es que almuerza en la mesa del patrón”. Quizás sus
palabras fuertes y su "humanitarismo" ocupen las pantallas y los
titulares de los medios de comunicación porque cumplen la valiosísima
función de impedir que la inmensa mayoría comprenda las causas e
identifique con nombres y apellidos a los criminales y a sus cómplices.
Porque, precisamente, comprender las
raíces y las dimensiones de la guerra global en la que estamos inmersos
es la condición indispensable para ser capaces de responder
eficazmente a la barbarie como clase y como pueblos.
1Manlio Danucci (2015) Goldman Sachs – OTAN Corp. http://www.voltairenet.org/
2
El senador norteamericano Arthur Vanderberg lo proclamaba
abiertamente: "La OTAN debe servir ante todo a la finalidad concreta de
asegurar una defensa adecuada contra la subversión interna".
1 comentario:
Suscribo de principio a fin.
Salud
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