"Nuestra lucha pasada es una parte de la memoria olvidada; nuestra lucha actual debe ser recuperar esa historia colectiva.
Porque lo sufrimos, podemos hablar de aquello en primera persona y,
mientras estemos vivas y vivos, lucharemos para impedir el olvido y la
negación de los crímenes franquistas, frente a todo intento de embellecimiento de aquel régimen construido sobre el genocidio y la opresión."
GOLDATU
La lucha por la Memoria, y contra la Impunidad Franquista, es imparable. En los últimos años, las actividades de familiares de personas asesinadas, de la Sociedad Aranzadi, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
(A.R.M.H.) y de otros diversos grupos en la localización de las fosas
en las que fueron arrojadas las personas asesinadas por el fascismo, y
la lucha por la rehabilitación de las víctimas del genocidio franquista
tuvieron, como respuesta, la tímida e insuficiente “Ley de la Memoria Histórica” del gobierno socialista. Esta ley deja completamente insatisfecho el deseo de dignificación, reparación y justicia de las víctimas y sus familias.
El movimiento popular por la memoria histórica ha seguido creciendo,
las exhumaciones continúan y aumentan las denuncias y reclamaciones. Tanto en Euskal Herria como en el Estado han ido surgiendo diversas Asociaciones:
-etc.
Pero ha sido la reacción de la derecha franquista instalada en el aparato del Estado (especialmente los sectores ultraderechistas de la judicatura), apoyada por los medios de comunicación a su servicio,
el detonante de la movilización y la respuesta popular. Muestra de ello
fue la gran manifestación realizada hace más de un año en Madrid bajo
el lema: “Contra la Impunidad Franquista, Verdad, Justicia y Reparación”
donde, por primera vez, personas de todo tipo y condición mostraron las
fotos de sus familiares asesinados-desaparecidos y reclamaron para
ellos la dignificación que, hasta ahora, se les ha negado. Las
movilizaciones van en aumento, afortunadamente.
Sin embargo, en esta lucha por la memoria histórica y la reparación
de las víctimas del fascismo hay, hasta el momento presente, un espacio vacío que debemos llenar de forma urgente: el de las gentes que combatimos contra el franquismo en su última etapa, la generación que a partir de los años sesenta se enfrentó a la dictadura, y que sufrió, por ello, tortura, cárcel, exilio, clandestinidad y el más diverso tipo de represalias.
Como combatientes por las libertades y la revolución social,
muchos fuimos contrarios a la monarquía centralista impuesta por
Franco, y a la política de reconciliación basada en la impunidad de los
crímenes de la dictadura y en el mantenimiento, sin la menor depuración, de un aparato de estado
que fue su indeseada herencia. Un colectivo que, tras la conquista de
las libertades democráticas formales, continuó participando en la vida
pública a través de organizaciones sindicales, políticas, ecologistas,
feministas, vecinales y culturales.
La “Ley de Amnistía” de 1977 perdonaba los crímenes de la dictadura, pero, como tantas veces se ha dicho, amnistía no es sinónimo de amnesia. Las víctimas del franquismo hemos sido durante todo este tiempo ignoradas y silenciadas,
y es hora de recordar nuestra lucha y la represión padecida como una
parte imprescindible de la historia reciente de nuestro país. Esa es hoy
nuestra tarea: recordar e impedir el olvido y la falsificación. Exigir responsabilidades políticas y penales a quienes colaboraron con la dictadura y la mantuvieron a sangre y fuego.
Nuestra lucha pasada es una parte de la memoria olvidada; nuestra lucha actual debe ser recuperar esa historia colectiva.
Porque lo sufrimos, podemos hablar de aquello en primera persona y,
mientras estemos vivas y vivos, lucharemos para impedir el olvido y la
negación de los crímenes franquistas, frente a todo intento de embellecimiento de aquel régimen construido sobre el genocidio y la opresión.
Por todo ello queremos agruparnos y construir una
herramienta de intervención, reflexión colectiva y colaboración, para,
desde la reivindicación de la dignidad de la resistencia contra el
franquismo, dotarnos de unas señas de identidad que impulsen proyectos de emancipación social.
Queremos constituir una asociación independiente,
cuyo referente ideológico sea el mismo que compartimos siempre quienes
nos opusimos a la dictadura en aquellos años: la lucha por la libertad,
la defensa de los derechos de las personas y los pueblos, y el deseo de
construir un mundo mejor y más justo. Un mundo libre de opresión social,
en el que todas las personas puedan vivir con libertad, dignidad y
justicia.
El factor esencial de la asociación debe ser su carácter abierto y unitario.
Abierto a todas las personas que por su participación en cualquier
organización (partidos, sindicatos, movimientos sociales y otros
colectivos) o movilización social sufrió las represalias del régimen
franquista. Unitario por su voluntad de situar como tarea central la
consolidación de un movimiento por la recuperación de la memoria
histórica lo más amplio posible.
Nuestras propuestas de trabajo e intervención son:
1.- Luchar contra la impunidad del franquismo. Replantear
la depuración del aparato de estado eliminando cualquier resto de su
pasado franquista. Queremos que quienes participaron en la represión
sean apartados y procesados por sus crímenes No es aceptable que,
todavía hoy, en la judicatura o los cuerpos y fuerzas de seguridad del
estado, sigan ocupando puestos de responsabilidad quienes juraron y
acataron “principios del movimiento nacional”.
2.- Exigir la derogación de las leyes de amnistía de
1977, por ser leyes de punto final contrarias al carácter
imprescriptible de los crímenes contra la humanidad.
3.- Anulación de las pensiones a los jerarcas del
franquismo. No es aceptable que sigan cobrando del estado, es decir, de
todos nosotros, quienes fueron pieza clave política, judicial o policial
en el mantenimiento de la dictadura.
4.- Luchar por las reivindicaciones específicas de las
personas presas y represaliadas, en especial la declaración de causa
nula de todos aquellos sumarios en los que condenaron, y aún condenan,
por motivos políticos, sindicales y sociales. Sin olvidarnos de todos
aquellas que fueron represaliadas y condenadas por su condición
homosexual. Las llamadas compensaciones a víctimas han sido auténticas
limosnas, en comparación con otros referentes europeos de la lucha
contra el fascismo.
5.- Denunciar la represiva política penitenciaria en
vigor y los abusos y torturas perpetrados en centros de detención.
Estamos en contra de la política de dispersión carcelaria y nos oponemos
a la existencia en nuestro país de CIES (centros de internamiento de
extranjeros) auténticos establecimientos carcelarios que deben ser
erradicados en cualquier sociedad democrática.
6.- Movilizar contra cualquier normativa limitadora de
las libertades democráticas por las que luchamos, oponiéndonos a las
legislaciones y tribunales de excepción hoy existentes (como la
Audiencia Nacional, la Ley de Partidos, la Ley Parot…).
7.- Exigir la ilegalización de todas las organizaciones fascistas.
8.- Participar en los foros, plataformas y otros
organismos de coordinación que pueda haber en Euskal Herria y en el
Estado; y llevar a cabo propuestas e iniciativas que fomenten desde el
movimiento por la memoria una actividad unitaria.
9.- Elaborar una plataforma reivindicativa de las
personas afectadas por la represión franquista para reclamar
compensaciones dignas (sueldo base, reconocimiento de derechos en
cuanto a cotizaciones a la seguridad social, pensiones, sanidad y demás
prestaciones)
10.- Apoyar, de forma solidaria, la causa de quienes
luchan por la libertad y se enfrentan a la explotación y la opresión
social, bajo cualquier sistema y en cualquier país.
Las torturas, condenas de cárcel, exilios y desarraigos nos han
dejado cicatrices profundas. Por eso necesitamos esta Asociación, para
conseguir entre todos la dignidad de luchadoras y luchadores
que el post-franquismo y su pseudodemocracia han intentado borrar,
callar o desfigurar. Merece la pena mencionar las palabras que el
escritor Juan Carlos Arce pone en boca de George Orwell: “Si dejamos
que el poder deforme la verdad, llegará un día en que incluso habrá un
Ministerio de La Verdad, para cambiar la historia, para decidir, por
ley, qué es verdad y qué no lo es. Porque quien maneja el pasado
controla el futuro.” (La noche desnuda – Juan Carlos Arce – 2008)
Somos víctimas pero no victimistas, no pedimos compasión ni apelamos al sentimentalismo: reivindicamos
el respeto y la dignificación del coraje y el sufrimiento de los
protagonistas de la resistencia a la dictadura franquista en el plano político. Por eso, nuestra Asociación no mirará solo al pasado: queremos que tenga proyección de futuro
y que sirva para poner en marcha encuentros, acciones, foros,
conferencias, publicaciones, estudios y debates…para que nuestras
experiencias sirvan a las próximas generaciones en su lucha por un mundo libre.
Queremos que sea un lugar de encuentro y testimonio, lleno de
historia y de vida, y una fuente de ideas en acción en Euskal Herria.
Euskal Herria, Diciembre 2011
Sabin Arana Enrike Gesalaga
Xabier Armendariz Josu Ibargutxi
Julen Arregi Antxon Lopez
Armando Aulestiarte Iñaki Martin
Josu Bilbao Barrena José Julián Pascual
Josu Bilbao Cos Darío Rodríguez
Estepan Epelde Kepa Zugadi
Jesús Estrada Juan Mari Zulaika
Jose Luis Etxegarai
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