"...la experiencia me enseñó más de lo que jamás quería saber."
Mumia Abu-Jamal
Para los jóvenes, la vida de los viejos es tan distante como la vida en otro país. Para las personas saludables, las enfermedades sólo afectan a las demás.
Hacen falta el tiempo y el azar para enseñarnos que todas y todos estamos unidos en la rueda de la vida, y si cumplimos suficientes años, entraremos en la casa de los adultos mayores.
El enfermarme hace poco fue un shock más grande que los mismos síntomas. Aun durante los casi 30 años que pasé en el corredor de la muerte, casi nunca sufrí una enfermedad. De hecho, podría contar las veces con los dedos de una mano y raras veces un malestar duró más de un día.
Luego la enfermedad me cayó como un trueno, provocada en parte por una droga mal administrada por los doctores de la prisión.
Los resultados, incluyendo una debilidad sistemática, me dejaron cabeceando en una silla de ruedas porque no pude caminar.
Ya no tengo que usar la silla, pero la experiencia me enseñó más de lo que jamás quería saber.
Ahora no puedo ver a alguien en una silla de ruedas sin por lo menos saludarle con la cabeza porque yo soy él y él es yo. Ya sé por amarga experiencia que puede ser doloroso sentarse en una de esas durante muchas horas.
¿Quién lo sabría? Ahora yo sé.
La enfermedad, como el envejecimiento, es parte del ciclo de vida de los seres vivos. Todos estamos en la rueda del tiempo, esperando nuestro turno para aprender algo nuevo.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
--© ’15 maj
11 de octubre de 2015
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
Para los jóvenes, la vida de los viejos es tan distante como la vida en otro país. Para las personas saludables, las enfermedades sólo afectan a las demás.
Hacen falta el tiempo y el azar para enseñarnos que todas y todos estamos unidos en la rueda de la vida, y si cumplimos suficientes años, entraremos en la casa de los adultos mayores.
El enfermarme hace poco fue un shock más grande que los mismos síntomas. Aun durante los casi 30 años que pasé en el corredor de la muerte, casi nunca sufrí una enfermedad. De hecho, podría contar las veces con los dedos de una mano y raras veces un malestar duró más de un día.
Luego la enfermedad me cayó como un trueno, provocada en parte por una droga mal administrada por los doctores de la prisión.
Los resultados, incluyendo una debilidad sistemática, me dejaron cabeceando en una silla de ruedas porque no pude caminar.
Ya no tengo que usar la silla, pero la experiencia me enseñó más de lo que jamás quería saber.
Ahora no puedo ver a alguien en una silla de ruedas sin por lo menos saludarle con la cabeza porque yo soy él y él es yo. Ya sé por amarga experiencia que puede ser doloroso sentarse en una de esas durante muchas horas.
¿Quién lo sabría? Ahora yo sé.
La enfermedad, como el envejecimiento, es parte del ciclo de vida de los seres vivos. Todos estamos en la rueda del tiempo, esperando nuestro turno para aprender algo nuevo.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
--© ’15 maj
11 de octubre de 2015
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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