En enero de 1942, un bebé, Cassius Marcellus Clay, Jr. nació en una
familia negra de la clase trabajadora en Louisville, Kentucky.
En aquel entonces, el estado de Kentucky era reconocido por su
distintivo pasto azul, sus caballos de campeonato y su whisky. Nadie
sabía que el bebé de piel morena de la familia Clay se volvería uno de
los hombres más famosos y venerados del mundo.
En 1960, con 80.7 kilos, Clay ganó una medalla de oro olímpico como
un talentoso amateur de peso pesado ligero. Para muchas personas, esto
sería más que suficiente para tener un lugar en la historia.
Pero sólo cuatro años después, él asombró al mundo al derrotar al
temido Sonny Liston, cuando pocos esperaban que lo venciera, para
volverse el campeón mundial de los pesos pesados. Poco tiempo después,
anunció su conversión a la Nación del Islam y su aceptación de un nuevo
nombre sagrado: Muhammad Ali. El mundo llegaría a conocer y recordarlo
por este nombre, y él saldría como la personalidad más grande y audaz en
el mundo del deporte.
Hoy en día olvidamos como su nombre, su fe y su terca negativa a
pelear para el Imperio Americano en Vietnam lo marcó como uno de los
hombres más odiados del país. Hemos olvidado como sus combates
resultaron en amenazas de muerte contra el campeón de boxeo. https://www.youtube.com/watch?v=HeFMyrWlZ68
Cuando la Asociación Mundial de Box (AMB) le despojó de su título en
1967, muchos pensaron que esto sería el fin de su carrera. Por rechazar
la conscripción militar, Alí enfrentó cinco años en prisión, pero él
apeló la condena y levantó una demanda para establecer su estatus como
objetor de conciencia.
El caso llegó a la Suprema Corte –y él ganó.
Mientras tanto, sin embargo, casi cuatro años habían transcurrido, y
estos eran los años cruciales para un boxeador
En 1974, Alí recuperó su título y lo ganó de nuevo en 1978 antes de
retirarse unos años después. Él deslumbró a sus adversarios, y también a
sus aficionados, con la sorprendente velocidad de sus manos y su
elegante juego de pies, el cual se conoció como el “Ali Shuffle”. https://www.youtube.com/watch?v=1VDOGNE1oxo
Era un hermoso combatiente, no solamente por ser un hombre guapo,
sino porque para alguien de su impresionante tamaño, él bailaba por el
ring y desarrolló un estilo de combate que lo distinguió en toda su
destacada carrera. (Su lema: “Flota como una mariposa, pica como una
abeja”).
En 1975, dijo con osadía (y presciencia):
“Yo soy América. Solo que soy la parte que ustedes no quieren reconocer.
Pero acostúmbrense a mí. Negro, engreído; con mi nombre, no el suyo; mi
religión, no la suya: mis propósitos, sólo los míos ––¡acostúmbrense!”
¿Y adivinen qué? El mundo se acostumbró a él. Vivió 74 primaveras y se volvió una adorada leyenda viviente.
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