"La ciudadanía vasca no sabe lo que ocurre en Donbass y en Ucrania (...) cuando estalló el conflicto surgieron comités de apoyo al Donbass
o a la “Ucrania antifascista” por todo el estado y por todo el mundo.
Algunas todavía se mantienen y otras desaparecieron cuando el conflicto
bajó de intensidad, se estancó y dejó de ser mediático cediendo el
interés a otros conflictos como el sirio."
La asociación Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea es una organización
vasca de solidaridad y apoyo al pueblo del Donbass en el conflicto que
mantiene con Ucrania. Además de explicarnos cuál es su punto de vista
sobre la situación que se vive en esta histórica región y arrojar luz
sobre aquellos aspectos más desconocidos, en esta entrevista también han informado
sobre las diferentes actividades reinvidicativas y solidarias que llevan
a cabo.
Aunque la ciudadanía está informada del conflicto que se vive
en Ucrania, no todos conocen la situación particular de la región del
Donbass o Donets. ¿Nos podéis explicar qué está sucediendo allí?
Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea: Realmente no creemos que la
ciudadanía esté informada de lo que ocurre, de hecho a día de hoy son
bien pocas o ninguna las noticias sobre la situación a pesar de que las
tropas ucranianas siguen atacando a civiles de la República Popular de
Donetsk. Los muertos del Donbass no deben de valer mucho, de lo
contrario no se entiende cómo puede estar ocurriendo eso en la misma
Europa mientras todo el mundo mira para otro lado.
En el referéndum celebrado en 1991 sobre la independencia de
Ucrania, la mayoría de los habitantes de la región votaron entonces a
favor de separarse de la Unión Soviética. Poco más de dos décadas
después, la región no quiere seguir siendo parte de Ucrania y proclaman
la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk con el
apoyo de Rusia. ¿Cómo se llega a esta situación?
Ese fue el referéndum celebrado en diciembre, sin embargo el 17 de
marzo el 70,2% de la población ucraniana votó a favor de mantener la
Unión Soviética. Éste referéndum se dio en un total de 9 repúblicas y en
la región de Abjasia, y en todas ellas fue aprobado por mayoría. El
golpe de Agosto y el progresivo desplazamiento de Gorvachov por parte de
Yeltsin es lo que lleva al escenario del referéndum posterior y explica
su resultado.
En el Este gran parte de la población es culturalmente rusa, eran
rusos que no tenían ningún problema en ser además ucranianos. Tras el
golpe de estado en Kiev los nacionalistas dejaron clara su voluntad de
hacer del estado ucraniano un estado monolingüe donde quedarían
eliminadas otras lenguas como el ruso. Ante la imposibilidad de poder
ser rusos y ucranianos, decidieron dejar de ser ucranianos. Así llamaron
al pueblo a consulta y en las urnas decidieron democráticamente su
separación. La respuesta del gobierno de Kiev fue la de tratar de
impedir con las armas que el pueblo votara. La del pueblo fue de un
89,7% a favor de la separación en el caso de Donetsk y de un 96,2% en el
caso de Lugansk. Con esa legitimidad las autoridades empezaron a
trabajar de forma autónoma creando sus nuevas estructuras estatales,
incluida la militar para la defensa, que tiene que soportar desde
entonces los ataques del ejército ucraniano y de sus batallones castigo
de mercenarios nazis como el Azov.
Pero no es sólo una cuestión cultural, sino también política. Tras el
golpe de estado toman el poder en Ucrania los banderistas, que son
directamente nazis. Y no es una forma de hablar, sino una descripción
real. Paseaban esvásticas, fotos de Stepan Bandera (el hombre de Hitler
en Ucrania), homenajeaban a las tropas ucranianas de las SS que lucharon
contra la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial,…
También
se dedicaron a tratar de derribar las estatuas de Lenin y a asaltar los
locales del Partido Comunista de Ucrania, destrozando los bustos de
Lenin, y quemando sus libros, cuadros y banderas. Llegan, y utilizo el
presente porque lo siguen haciendo a día de hoy, incluso a agredir a los
veteranos combatientes soviéticos de la guerra antinazi de 1941 a 1945.
Todo esto chocaba frontalmente con la tradición política proletaria de
la cuenca del Donbass, donde se no sólo se respetaba a los héroes
soviéticos de la lucha antifascista, sino que que como grito de guerra
hicieron suyo el famoso “¡No pasarán!” de la Guerra Antifascista de 1936
para reclamar su territorio una zona libre de fascistas.
¿Quién o quiénes están detrás de la llamada revolución del
Euromaidán? ¿Por qué los habitantes del Donbass se opusieron a la firma
de un tratado entre Ucrania y la Unión Europea?
Detrás del Maidan están los intereses occidentales, igual que lo
estaban tras los primeros incidentes en Damasco. Sin embargo hay un
caso, que es el de Venezuela, que guarda importantes similitudes. De
hecho, la desestabilización de Ucrania y de Venezuela ocurrieron de
forma paralela, como parte de una operación más global. Y ya el episodio
de los francotiradores disparando contra los manifestantes del Maidan
para culpar al gobierno de Yanukóvich nos retrotrae al golpe de estado
del 2002 contra Hugo Chávez. En ambos casos se demostró además que esos
francotiradores habían sido contratados por la “oposición”.
Desde el primer momento vimos el apoyo que los políticos occidentales
daban a las movilizaciones, como las palabras de John McCain desde la
plaza Maidan “Estamos aquí para apoyar vuestra justa causa”. También
vimo cómo éstas movilizaciones eran aplaudidas en los medios, igual que
lo hicieron años antes con la “revolución” naranja. La ultraderechista y
millonaria Yulia Timoshenko, que se encontraba en prisión por un
proceso abierto por abuso de poder, pasó a ser denominada “presa
política”. Y los manifestantes violentos eran “manifestantes opositores”
a pesar de llegar a utilizar armas de fuego contra una policía que sólo
llevaba escudos y porras.
En cuanto al tratado, no es que se hubiesen opuesto a él, eso lo hizo
el gobierno de Yanukóvich. Era un tratado desfavorable para Ucrania, y
que además le exigía exclusividad, lo que significa que firmando con la
Unión Europea no podría firmar con Rusia. Obviamente a un país como
Ucrania, no sólo con la relación cultural tradicional con Rusia, sino
con una frontera e importantes relaciones comerciales, no le interesaba
esa exclusividad. Rusia, sin embargo, no exigía esa exclusividad en los
acuerdos, entendía que a Ucrania le podía interesar tener acuerdos con
ambas partes.
Desde diferentes medios de comunicación, como por ejemplo
Rusia Today, se ha acusado al Euromaidán de estar controlado por la
extrema derecha ucraniana. ¿Es esto cierto?
Absolutamente cierto. Varios de quienes estaban un día en la plaza
Maidan haciendo el saludo nazi, al día siguiente, después del golpe del
estado, ostentaban cargos de responsabilidad en el estado. Si al
principio en la plaza podía haber gente diferente que reivindicaba el
final de la corrupción, rápidamente el partido Svoboda y la organización
nazi Pravy Sektor capitalizaron todo el movimiento. Era lo habitual ver
simbología nazi entre los manifestantes más violentos, y cuando se
movilizaban en algún punto, no dudaban en descargar toda su violencia
contra los comunistas o simplemente contra quien portara la cinta de San
Jorge, símbolo de la victoria soviética contra el nazismo. Muchos de
los que al principio pudieron simpatizar con lo que se suponía que era
el Maidan se convirtieron en antiMaidan cuando vieron lo que había
detrás.
Al Partido Comunista lo ilegalizaron, pero antes de eso unos matones
incluso sacaron a golpes del parlamento ucraniano a su portavoz cuando
denunciaba la mano de quién estaba detrás de ese movimiento. No sólo
estaba la extrema derecha ucraniana, sino que ésta contaba con el apoyo y
beneplácito de los gobiernos occidentales y por lo tanto de sus
aparatos de propaganda.
¿Cuáles son los objetivos que os llevaron a la creación del Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea?
Creamos el Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea porque no
soportábamos la pasividad que veíamos a nuestro alrededor. No eramos
capaces de ver cómo asesinaban a los antifascistas en Odessa el 2 de
Mayo de 2014 y no mover un dedo. Veíamos los cazas ucranianos
bombardeando las ciudades, y los civiles muertos en las calles y
parques, pero nadie decía nada. Eso estaba ocurriendo a las puertas de
nuestra casa y todo el mundo callaba, cuando directamente no culpaba a
lo que llamaban “pro-rusos”. Creamos el Comité porque quisimos dotarnos
de una estructura propia para denunciar a los fascistas por los crímenes
que cometían, y porque teníamos que ayudar a ese pueblo. Conseguimos
que varias organizaciones se posicionaran en este conflicto y hasta una
declaración del grupo de EH Bildu en el Parlamento de Vitoria.
¿Qué acciones y actividades habéis realizado hasta el momento?
El inicio fue frenético para nosotros. Por un lado con una actividad
de información diaria en el blog, pero además estaba la propaganda por
las fiestas de los pueblos, charlas ahí donde nos llamaran, y colocación
de huchas para recoger fondos. También llevamos adelante varias
movilizaciones, entre las que destacaríamos la protesta conjunta con
Ahaztuak en el BEC de Barakaldo cuando se iba a jugar el partido de
baloncesto Ucrania-EE.UU., o la colaboración con Herri Norte Taldea con
motivo del partido del Athletic contra el Shakhtar de Donetsk. Ésta
última, en la que Herri Norte sacó en San Mamés una gran pancarta en la
que se leía en ruso “¡En pie Donbass!”, nos consta que llegó a verse
ahí, y así se nos hizo saber en su momento.
En una segunda fase hemos reducido las movilizaciones, siendo la más
importante la organización junto a otras asociaciones durante dos años
seguidos de la celebración del 9 de Mayo, aniversario de la Victoria
soviética contra la Alemania nazi. Aparte de eso, nos hemos centrado en
la recogida de material humanitario.
Sobre esto sí nos gustaría extendernos un poco más, pues fruto de un
gran trabajo, hemos podido hacer llegar material médico que nos han
agradecido. Sin embargo, no lanzamos la campaña al público hasta que no
pudimos documentar que nuestros envíos llegaban a destino; esa garantía
quisimos que fuese nuestra carta de presentación. Y la verdad es que,
aun estando fuera de los medios, podemos estar satisfechos con la
campaña de recogida de material, ya que este mes de julio salió del País
Vasco un cargamento de 1.850Kg que precisamente en este mes de Julio ha
llegado a su destino en Lugansk como parte de un convoy humanitario que partía desde Rusia.
Lo último en lo que nos hemos involucrado es en la conmemoración
conjunta con diferentes organismos y partidos del 80º aniversario de la
liberación de San Sebastián, que se culminó apagando el último foco
golpista que era el cuartel de Loiola. Así es que hemos tomado parte en
la marcha del día 28 desde Kristina Enea a Loiola. Rechazamos el
fascismo de ayer igual que rechazamos el fascismo de hoy, en cualquier
parte del mundo.
Varios medios de comunicación aseguran que hay simpatizantes
vascos y de otras partes del Estado combatiendo del lado de las tropas
de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. ¿Qué información
tenéis al respecto? ¿Son ciertas estas informaciones?
A combatir el fascismo y defender a los civiles del Donbass, como las
Brigadas Internacionales en su día, se ha apuntado gente de todo el
mundo. Eso no es ningún secreto ya que algunos son activos en las redes
sociales y otros internacionalistas que regresaron a casa sufrieron
detenciones, las cuales nosotros denunciamos. A día de hoy, y es
información de dominio público, en Novorossia hay combatientes de toda
la antigua URSS, serbios, hindúes,… y hasta algún estadounidense. No es
tan extraño que algunos vascos o de cualquier parte del estado, que
saben de cerca qué es el fascismo, tomen la decisión de enfrentarlo esté
donde esté.
¿Existen más asociaciones como la vuestra a nivel estatal e
internacional? ¿Tenéis algún tipo de relación o colaboración con ellas?
Sí, cuando estalló el conflicto surgieron comités de apoyo al Donbass
o a la “Ucrania antifascista” por todo el estado y por todo el mundo.
Algunas todavía se mantienen y otras desaparecieron cuando el conflicto
bajó de intensidad, se estancó y dejó de ser mediático cediendo el
interés a otros conflictos como el sirio.
Nosotros colaboramos con varios de esos diferentes grupos, de hecho,
el último envío que mencionábamos antes es una colaboración entre Euskal
Herria-Donbass Elkartasun Komitea, la Asociación de Solidaridad
Aragón-Donbass y Blagoe Delo. Y en el cargamento había también material
donado por el Comité Andalucía-Donbass y el recogido en gaztetxes o por
el movimiento antifascista de Euskal Herria. Además hemos colaborado
también con la gente solidaria de Galicia y de Madrid, llegando a
figurar nuestro logotipo en un cartel de un concierto solidario en
Vallecas.
¿Cómo ha sido el posicionamiento de los medios de
comunicación vascos respecto al conflicto entre Ucrania y el Donbass?
¿Han prestado la atención debida al mismo? ¿Se han caracterizado por
apoyar a alguno de los bandos en concreto?
El papel de los medios vascos era, en su mayoría, el esperado. Sería
absurdo negar que los medios transmiten las noticias en función de los
intereses de los grupos a los que pertenecen, y en este caso así ha
sido. Prácticamente todos han repetido las noticias según agencia, por
lo que han tenido por costumbre repetir las versiones de una de las
partes, y siempre de la misma. De ésta manera pudimos ver cómo todos los
dedos acusaban a Rusia en el caso del derribo del MH17 a pesar de que
no había ni una sola prueba en su contra, pero sólo repetían las
soflamas que justificaran en la opinión pública las sanciones contra
Moscú. Sólo ya más adelante empezaban a cuestionar la versión que tiempo
antes habían aireado porque las investigaciones dejaban evidente que la
mano responsable de la muerte de 289 personas había que buscarla más en
Kiev que en Moscú.
Extrañamente sólo el diario Gara parecía insistir en dejar bajo
sospecha una posible autoría de las milicias populares que llaman
“pro-rusas”. Y es que precisamente un periódico que vende la imagen que
vende, parece que tomó posición con los nacionalistas ucranianos, tanto
silenciando las protestas como las de San Mamés como insistiendo una y
otra vez en el Shakhtar de Donetsk como “equipo ucraniano” mientras su
portada hablaba del derecho a decidir en Escocia. Parece que el hecho de
que en Donetsk ya hubiesen decidido no ser Ucrania no tenía ninguna
importancia para un medio vasco que no se plantea llamar “español” o
“francés” a ningún equipo de País Vasco, aunque todavía no hayamos
podido ejercer nuestro derecho a decidir qué queremos ser.
Pero no todo son valoraciones negativas sobre la prensa vasca. Argia y
Berria se destacaron al mandar a dos personas a cubrir el conflicto del
Donbass y trabajar como verdaderos periodistas mostrando interés.
Además Argia se embarcó en el proyecto de un documental sobre la guerra
en el Donbass que acaba de estrenarse. Por lo demás, sólo algunos medios
locales y RT han mostrado interés por nuestra actividad.
¿Cuál ha sido la respuesta de las instituciones vascas acerca
de la guerra entre Ucrania y Donbass? ¿Habéis tenido algún tipo de
contacto con el Gobierno Vasco o las Diputaciones Forales en este
sentido?
Algunos municipios sí aprobaron su apoyo a la causa antifascista y
denunciaron la agresión ucraniana al Donbass, pero desgraciadamente
fueron los menos. A la anterior alcaldesa de Deba, así como al actual
alcalde de Ondarroa, tenemos que agradecer la posibilidad de tener un
local donde poder almacenar el material humanitario que habíamos ido
recogiendo. También conseguimos que el grupo parlamentario en Vitoria de
EH Bildu apoyara la presencia vasca que mandamos con la Caravana
Antifascista de la Banda Bassotti. Desgraciadamente no hemos sido
capaces de conseguir nada más de las instituciones.
Por último, ¿cómo pueden colaborar con vuestro comité aquellas personas interesadas?
Para colaborar con nosotros sólo tienen que ponerse en contacto a
través del correo electrónico donbasseh@gmail.com. Hay gente que ayuda
de forma económica ingresando dinero en la cuenta que aparece en nuestro blog,
otra gente dona material para el envío, y también está quien participa
de forma activa en el trabajo del Comité. Toda ayuda, por poca e
insignificante que parezca, es necesaria para salvar vidas.
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