"Es increíble que un órgano de la izquierda abertzale como es Gara,
defienda una política proimperialista y tremendamente de derechas en los
temas internacionales. También es triste, en realidad es lo peor, que
desde instancias superiores se permita tal política. Y eso a pesar de
las críticas internas que se les ha dirigido."
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Algunos estamos verdaderamente hartos de que día sí y
día también, empezando por lo menos desde los acontecimientos de Libia,
nos tengamos que tragar en Gara unas versiones sobre los
acontecimientos internacionales que coinciden en un 90% con las del
Pentágono y el imperialismo, con las de Occidente y las de Obama, a
excepción parcialmente de los temas latinoamericanos y de Palestina.
Esto es muy fácilmente constatable siguiendo la hemeroteca de todo lo
publicado en estos últimos años diariamente. Es increíble que un órgano
de la izquierda abertzale como es Gara, defienda una política
proimperialista y tremendamente de derechas en los temas
internacionales. También es triste, en realidad es lo peor, que desde
instancias superiores se permita tal política. Y eso a pesar de las
críticas internas que se les ha dirigido.
Las responsabilidades tremendas y fundamentales del
imperialismo quedan difuminadas en Gara, no existen o se reparten por
aquí y por allá, defendiendo las mismas versiones que da el propio
imperialismo sobre los acontecimientos. Así, queda disuelta en Gara, la
responsabilidad del imperialismo en la infinidad de guerras, masacres,
barbaridades, golpes de Estado, intervenciones militares, bombardeos,
utilización masiva del terrorismo –de Al Qaeda y semejantes, entre
otros-, y las pretendidas “revoluciones de colores”, que se han venido
realizando todos estos años, para crear caos, ruina y destrucción en los
Estados que defienden su soberanía, para así desactivar su poder
económico y militar, controlar sus recursos, sus territorios y los
mercados mundiales.
La labor del imperialismo es supuestamente una labor
en “favor de la democracia”, en apoyo de los “revolucionarios que
luchan” contra “dictadores” como Gadafi o Assad. Según Gara el
imperialismo va en defensa de esos “revolucionarios” y se encuentra
enfrente con los rusos y chinos que defienden a los “dictadores”. Lo que
en realidad son auténticas agresiones militares imperialistas, en Gara
llaman “revolución” o “Guerra civil” o “conflictos interimperialistas”.
Los llaman así, cuando son auténticas agresiones para liquidar y hacerse
con los recursos de países soberanos o para liquidar uno de los
principales ejes de la resistencia contra el imperialismo, el formado
por los palestinos, Hezbolah, Iran y Siria –estos como principales
apoyos de los primeros-, mediante la utilización y manipulación de
cientos de miles de mercenarios islamistas extremistas sin el más mínimo
reparo en realizar las mayores barbaridades que se hayan podido ver en
la historia, financiados, armados hasta los dientes y entrenados, con la
colaboración y la mediación de Estados terroristas islamistas vasallos
como Qatar, Arabia Saudita y Turquía además de Israel y países
occidentales.
En Libia, según Gara, todo ha venido por culpa de
Gadafi, la OTAN ha actuado para defender a los “revolucionarios” –en
realidad mercenarios occidentales, de Qatar y de Al Qaeda-. En Siria, no
han existido ni existen mercenarios, eran “revolucionarios” o soldados
“desertores”. El papel que ha jugado el imperialismo, ha sido una vez
más, en favor de la “democracia” y en contra del “dictador” Assad. Las
barbaridades producidas –violaciones, decapitaciones, crucifixiones,
matanzas y hasta actos de canibalismo- y las armas químicas utilizadas,
lo eran por el ejército sirio, y no por las numerosas potencias
occidentales y sus estados esbirros… Todo dentro del contexto de una
supuesta “Primavera Arabe” inventada por los EEUU para dominar mejor a
los países árabes, desgajarlos, fraccionarlos y destrozarlos, y ponerlos
al servicio de los Hermanos Musulmanes, fiel congregación terrorista y
reaccionaria musulmana, siempre al servicio del imperialismo. Además de
Libia y Siria, otros países como Irán, Somalia, Sudán etc, ya estaban en
la “lista negra”, desde que se inicia con las “ torres gemelas” la
nueva estrategia “contra el terror” de los EEUU, es decir la nueva
estrategia, más agresiva, de dominación del mundo.
En Egipto y Tunez, Gara ha defendido sin rubor a los
reaccionarios Hermanos Musulmanes, a capa y espada. Turquía ha sido para
Gara un estado modelo y democrático. Qatar casi lo mismo. Arabia
Saudita está considerado algo peor que Qatar, cuando tanto el uno como
el otro son fieles servidores vasallos del imperialismo, impulsores y
financiadores del islamismo terrorista y de los mercenarios, unos con la
familia de los hermanos Musulmanes y los otros con la familia de los
wahabitas, que son tal para cual. Irán ha sido un país que siempre ha
querido dominar la zona y ha actuado prácticamente como estado
terrorista, mediante sus “huestes chiíes”, muy odiadas por cierto en
Gara, cuando por lo general son más progresistas que los suníes. En Gara
los suníes, tienen mucho mejor prensa que los chiíes. En Irán, el más
revolucionario y progresista de sus lideres, Ahmadinejad, era
considerado como un déspota, a diferencia de Rohani, que siendo un
conservador mucho más ligado a la casta del clero, ha sido mejor visto
en Gara. Así que el imperialismo montó una “revolución verde” contra
Ahmadinejad, que por cierto fracasó. Para Gara las “revoluciones de
colores” montadas por diversas ONGs financiadas por el imperialismo, no
han existido.
Lo de Ucrania, ha sido otro de los capítulos de
vergüenza. Se ha apoyado prácticamente en todo momento las versiones
imperialistas. Kiev es un gobierno democrático, en Odesa pasó lo que
pasó porque hubo enfrentamientos, sin más, entre unas facciones y otras,
la versión occidental del misil de los “prorrusos” –tratados así
despectivamente- fue dada en un momento por buena en Gara. Se reducía el
tema de Ucrania a “un conflicto entre oligarquías”, despejando la labor
del imperialismo. Lo de Crimea se ha condenado, lo de Donbas
prácticamente también, como cosa de los rusos, y con unos estatutos
supuestamente “reaccionarios y xenófobos” como los de la Rusia del
“xenófobo” Putin.
Corea del Norte, al unísono con las opiniones de los
medios reaccionarios occidentales, son una cuadrilla de locos
totalitarios. Los chinos y los rusos, aunque están siempre a la
defensiva, y tienen relaciones comerciales pero sin tratar de imponer su
poder por el mundo como lo hace el imperialismo, en Gara se les mete en
el “mismo saco” que el imperialismo. No importa que sean “objeto de
deseo de este imperialismo norteamericano” por sus recursos, que sean
blanco de una auténtica estrategia de acoso y derribo, no tengan bases
militares por el mundo como el imperialismo –mil bases por lo menos-, no
monten golpes militares -son cientos los golpes militares que han
montado los EEUU-, no se dediquen a realizar matanzas a través de
paramilitares, Al Qaeda o el EI, en la mayor parte de los paises del
mundo como lo hace el imperialismo, ni controlen por supuesto el FMI, el
BM, el OMC, internet, los grandes bancos y bolsas y medios financieros,
todos los medios de comunicación, la NSA, internet, la red Gladio,
multiples alianzas militares por todo el mundo, unos gastos militares
equivalentes a los del resto del mundo junto, etc. como el imperialismo.
En Gara se niega que el terrorismo islámico sea obra del imperialismo
–es algo “autónomo” de sectores islamistas según Gara-, lo de las torres
gemelas fue obra, tal como dice el imperialismo, del terrorismo
islamista…
Como botón de muestra, vamos a referirnos a tres
artículos que han salido recientemente, con la firma de Joseba Ugarte,
que son de antología, uno sobre los orígenes del Emirato islámico, otro
sobre Libia en el tercer aniversario del asesinato de Gadafi y el otro
sobre Yemen.
Comentarios
sobre artículo de GARA titulado “La complicidad con el estado islámico
tampoco conoce fronteras”, del domingo 28 de septiembre, de “Joseba
Ugarte”
El autor exime al auténtico responsable de la
creación de todos los mercenarios terroristas, incluido del EI, para
tumbar países y estados y consolidar su poder y hegemonía, los EEUU, y
reparte responsabilidades y culpas por todos los lados, especialmente,
cómo no, a Putin, a China, a Siria y también a Al Sissi (qué tendrá que
ver este con los anteriores). Ahora resulta que es Putin, son los chinos
y es Siria quienes han fomentado los mercenarios y el EI (¡!). Es lo
que dice la OTAN en su declaración final y es lo que dice Obama y el
Pentágono. Y luego dice que los EEUU han creado desesperación (sólo
desesperación) y que el EI es fruto de esa desesperación, de la crisis
(¡).EN FIN…
Sigue con las grandes mentiras. Habla también de
que el islamismo político ha tenido dificultades en articular una
alternativa tras unas revueltas que le cogieron por sorpresa (¿?) y que
se unió a ellas en el último momento…Se referirá a las Primaveras árabes
supongo, las cuales fueron fabricadas por los EEUU (ahí anduvo Mac Cain
organizando al menos algunas de ellas como la de Libia)para poner en el
poder a los Hermanos Musulmanes, una de las familias del islam
terrorista al servicio del imperialismo, de manera que los EEUU tuvieran
un único interlocutor en el Medio Oriente fracturado que querían
construir para dominarlo mejor.
En Egipto, la gestión desastrosa, sectaria y fascista
de Morsi y sus hermanos Musulmanes, condujo, y para evitar una
revolución popular auténtica, a que los militares quitaran a los
Hermanos Musulmanes de en medio, los cuales llegaron al poder, no hay
que olvidarlo, gracias a los EEUU y al ejército –a instancias de los
EEUU-. Y si los EEUU quisieron quitarle a Mubarak de en medio
–aprovechándose del malestar popular, eso sí- es porque este se había
negado a aceptar el plan norteamericano de desplazamiento de palestinos
al Sinaí y no porque estuvieran a favor de la democracia.
Dice el autor que “los árabes están a falta de una
‘alternativa’ del islam político que ha tenido ‘dificultades’ en crearla
tras las revueltas que ‘le cogieron por sorpresa’, y por la
“criminalización” de sus movimientos (golpe de Estado en Egipto) y que
ahora se encuentran entre la espada de unos conflictos armados
inacabables (Siria, Yemen, Libia) y la pared de unos regímenes tiranos
que perviven o regresan, como en el caso egipcio”. Si los árabes
dependen del islam político, lo tienen claro. El Islam político está
siendo precisamente el instrumento que está usando el imperialismo
norteamericano para subyugar, dividir y dominar a los árabes, para
destruir un país próspero y progresista como era Libia, para intentar
destruir otro país próspero y progresista como Siria –también con
mercenarios financiados por el imperialismo, esa es la “guerra” a la que
se refiere el autor del artículo-, solidario con Palestina y también
para crear caos y inestabilidad en Yemen, también con mercenarios
impulsados por los EEUU y Arabia saudita, incluido Al Qaeda. Como sucede
ahora, otra vez, con el EI en Siria e Irak. De quienes no necesitan los
árabes es de los EEUU ni de su instrumento que es el islam político y
sus mercenarios.
Cualquier vía de solución de los problemas de los
árabes pasa porque los EEUU y sus subordinados occidentales europeos de
la UE e Israel, y los estados terroristas islamistas vasallos como
Qatar, Arabia Saudita, Turquia, etc, impulsores fundamentales del Islam
político reaccionario, dejen en paz a Siria, al Líbano, a Irak, a
Palestina, y se larguen, y dejen de inmiscuirse e intervenir en los
países. Y también porque las masas árabes se rebelen y tumben a esos
poderes sectarios del Islam político, para crear países laicos,
igualitarios, antisectarios, realmente democráticos sin yugos religiosos
y por supuesto antiimperialistas.
En cuanto a los kurdos, menos mal que no cita a los
kurdos de Irak –de Barzani- auténticos colaboracionistas del
imperialismo desde hace tiempo. Y los kurdos sirios, han tenido de hecho
una entente al menos implícita con Assad, porque no se han metido con
él ni han luchado contra él, como Assad les ha dejado hacer todo lo que
quisieran sin meterse con ellos para nada. Con Assad podrán llegar a
acuerdos, más fácilmente desde luego que con un terrorista y fascista
como Erdogan.
Comentarios sobre el artículo, titulado “Con(tra) Gadafi vivíamos mejor” de “Joseba Ugarte” de Gara, del 20-X-2014
Hay que decir que Gara-Mundua ha suavizado algo sus
consideraciones sobre Libia y Gadafi –más bien ha matizado algunas de
las barbaridades que ha solido utilizar en el caso de Libia, para ver si
“cuela”; las barbaridades en su caso, es lo habitual en casi todos los
temas internacionales-. Suavizar digo, respecto de lo que se ha ido
escribiendo sobre el tema a lo largo de los años, en muchos artículos en
Gara, como consecuencia, indudablemente, de múltiples críticas que ha
recibido. Pero sigue con las paranoias básicas de siempre y con su
defensa del imperialismo –esta vez más taimada, limitándose al bombardeo
de la OTAN pero despojándole de su responsabilidad desde el inicio, en
todo el montaje del derrocamiento de Gadafi- y sigue con la condena de
quienes han sido sojuzgados y condenados a la ruina y a la destrucción
por el imperialismo, al unísono con él.
Ya es tremendamente significativa la relación que
hace de Gadafi con el franquismo, en el primer párrafo destacado en el
artículo, con letra distinta –hay que suponer que por él mismo-: “Las
revueltas árabes, entre ellas las de Libia, han dejado un poso de
nostalgia que no se corresponde con la realidad. Es como el viejo adagio
de que con, o contra, Franco vivíamos mejor. Sin querer comparar, vade
retro, a gadafistas con el dictador español”
En la segunda columna haciendo referencia a ¿Qué
movió a las potencias a optar por la solución final, tanto al régimen
libio como para su líder? –dice- “De un lado, aprovecharon la revuelta
libia, iniciada en Bengasi y secundada en Misrata (noreste del país)
para hacer olvidar sus titubeos –en algunos casos oposición manifiesta-
contra las revueltas que habían triunfado en Túnez y en Egipto”. Cuando
sabemos que la “revolución libia” es una farsa total, que fue desde el
inicio programada por el imperialismo –en realidad programada desde
muchos años antes- y puesta en práctica mediante la utilización de
fuerzas especiales occidentales, mercenarios de Al Qaeda y de Qatar, y
la utilización habitual del islamismo terrorista de los Hermanos
Musulmanes –cuando no del islamismo igualmente terrorista de carácter
wahabita-omnipresente en todos los procesos terroristas impulsados en
Oriente Medio y norte de Africa, como “carne de cañón” y de apoyo a los
planes del imperialismo. La intervención militar de la OTAN y la masacre
que le sucede, que pudieron llevar a cabo en Libia, pero todavía al
menos, no en Siria, no fue más que la culminación del proceso dirigido
por el imperialismo. Y las “revoluciones de Tunez y Egipto”, aunque con
un importante contenido popular, han sido manipuladas y básicamente
conducidas por el imperialismo a través de sus ONG-s y a través de sus
grandes aliados, los Hermanos Musulmanes. En Egipto, primero permitieron
y favorecieron el acceso al poder de los Hermanos Musulmanes en
perjuicio del pueblo, pero luego, dada la gestión catastrófica de los
Hermanos Musulmanes, y para impedir el acceso del pueblo harto, al
poder, los apartaron a aquellos del poder, mediante el golpe de los
militares. En Túnez, que ya habían aprendido de la experiencia de Egipto
y actuaron con más cautela, mantuvieron y mantienen a los Hermanos
Musulmanes en el poder, un poder al servicio de las clases dominantes y
del imperialismo, con las clases dominadas tan en la miseria como antes,
y con un estado islamizado, aunque sin llegar a los extremos que
pretendían en Egipto.
Y sigue diciendo en la segunda y tercera columnas lo
siguiente: “ En segundo lugar, el castigo debía ser expeditivo y Gadafi
convenía más muerto que vivo, no fuera a irse de la lengua y recordar
las excelentes relaciones que cosechó durante sus últimos años en el
poder con todas las cancillerías occidentales. Unas buenas relaciones
que iban parejas con la creciente megalomanía de un líder que surgió
como la esperanza de Libia y como el paladín de Africa pero que acabó
engullido tanto por su propio ego como por las sucesivas traiciones a
sus principios. Y con cuya muerte el presidente francés, Nicolás
Sarkozy, silenciaba al principal testigo de cargo de la financiación
electoral de su partido, la UMP, por el propio petróleo de Gadafi. Sabía
demasiado”
Aquí se hace otra de las peripecias dialécticas harto
frecuentes en Gara, creando humo para emborronar los contenidos,
mezclando verdades con mentiras y descontextualizaciones de los hechos,
para desvirtuar las verdaderas razones de lo que sucedió. Si Gadafi fue
engullido por algo, fue por el imperialismo y sus constantes intentos de
derrocarlo para eliminar su “mal ejemplo” como país progresista y
antiimperialista, por su defensa de la soberanía nacional, de sus
recursos, su defensa del pueblo y las muy buenas condiciones en que
vivía su pueblo, su panafricanismo militante y antiimperialista y su
apoyo a múltiples procesos revolucionarios a demás de su laicismo y
antitotalitarismo religioso.
De hecho fueron muchos los intentos que el MI6 y la
CIA realizaron para matarle y derrocarle a lo largo de los años con el
apoyo de corrientes islámicas fanáticas, desde que derrocó la monarquía
proimperialista reinante. Le acusaron de atentados terroristas
efectuados en realidad por la CIA, bombardearon su domicilio y le
amenazaron con hacer con Libia lo mismo que hicieron con Irak. Y ahí es
donde Gadafi cometió uno de los mayores errores de su vida: pensar que
cediendo parcialmente a las exigencias del imperialismo se iba a poder
”librar de la quema”, su país iba a poder sobrevivir, pero no fue así.
Es el período en que hace cesión de la energía nuclear con fines
militares que estaba preparando, cuando privatiza parte del petróleo
dejando a las multinacionales cuotas importantes de beneficios y cuando
establece “buenas relaciones” con algunas potencias occidentales
financiando incluso campañas electorales como la de Sarkozy. Pero todo
esto no le valió de nada. A diferencia del Gobierno sirio que nunca ha
hecho concesiones al imperialismo, Gadafi, hizo concesiones y le
costaron muy caro. Los intentos que realizó Gadafi por volver a
recuperar el control del petróleo y del agua y, por limitar el poder que
había adquirido el imperialismo en su país, fueron el toque de sirena
para montar una gran operación mercenaria planificada desde Occidente
con la ayuda de Al Qaeda y los Hermanos Musulmanes, y con la coartada de
una Primavera Árabe creada por el imperialismo (con el senador
republicano MacCain como agente muy activo)que condujo a la matanza de
150.000 personas, a la destrucción de Libia y las excelentes condiciones
de vida del pueblo libio además del asesinato humillante y bestial del
propio Gadafi.
Sigamos con lo que dice a continuación el autor:
“Finalmente, las potencias occidentales buscaron con su protagonismo
militar en Libia influir y condicionar el futuro del país. Su objetivo
era controlar la revuelta y constituir un Gobierno títere que primara
los intereses de sus compañías a la hora de explotar el refinadísimo y
caro petróleo libio”
No es que su objetivo era controlar la revuelta. La
revuelta estaba controladísima desde el primer momento, es más, fue
creada por el imperialismo. La cuestión que les quedaba era destruir
todo el aparato militar libio, todas las infraestructuras libias,
quedarse con sus fondos, con su petróleo y con el agua, además de con el
negocio de la reconstrucción de la mano de las multinacionales
occidentales, destruir el panafricanismo impulsado por Libia, crear
bases militares operativas en África, conducir el país al caos y a la
destrucción y crear el máximo de contradicciones y tensiones internas Es
esto mismo a lo que están conduciendo en todos los países en los que
interviene el imperialismo, a crear estados desactivados y fallidos,
para explotar sin problemas sus recursos, eliminar enemigos molestos y
crear un castigo ejemplarizante.
Luego dice “que Occidente no logró finalmente su
objetivo”. Al contrario, es eso lo que querían, crear destrucción y
caos, crear un estado de delincuencia generalizada y de venganza
infinita para aterrorizar el pueblo, para que el capital impere a sus
anchas. Ya el organismo CNT (el Consejo Nacional de Transición),
organismo títere desde el inicio, con personajes todos de la cuerda del
imperialismo, ligados a la industria del petróleo y a los negocios
internacionales, tenía como uno de los objetivos principales “abrir” la
economía a los capitales y firmas internacionales.
En cuanto a los actores principales, todos están
ligados a la guerra mercenaria producida en Libia contra el pueblo, a
los militantes terroristas de Al Qaeda y hermanos Musulmanes, que no
tienen distingos, porque se concentran en las mismas personas –como el
que fuera gobernador de Tripoli, miembro de Al Qaeda y luego Hermano
Musulmán- , a guerras entre delincuentes en torno al control de los
recursos y a guerras entre las familias del terrorismo islámico
extremista, ligados unos al Qatar y a los Hermanos Musulmanes y los
otros más a los wahabitas, conducidos por Arabia Saudita, todos al
servicio del imperialismo, quien a veces apoya más a unos y otras a
otros.. De hecho, a veces da la impresión de que el imperialismo, ha
tratado de reconducir un poco la situación contra los exagerados excesos
del islamismo radical apoyando sectores algo menos sectarios. En medio
realmente, el pueblo masacrado y machacado, empobrecido y aterrorizado,
aunque en la opacidad brutal de la información a la que somete el
imperialismo sobre lo que ocurre en Libia, hay indicios también de que
algunos de los episodios violentos contra las fuerzas fácticas o más
poderosas, proceden de sectores gadafistas antiimperialistas
disfrazados.
Luego el autor nos sigue queriendo intoxicar con otra
de sus fabulosas intervenciones: “Ante semejante situación sería hasta
comprensible la nostalgia por el derrocado régimen gadafista. Pero nada
apunta a ello, de momento y pese a “algunos cantos de sirena del
antiimperialismo occidental” que se abonan a la manida tesis de que “con
Gadafi vivíamos mejor”. Todo un consuelo para los que enarbolan la
revolución a distancia desde sus cómodas butacas pero no sufren nunca
las consecuencias de sus “sesudos” cálculos geopolíticos y que, en el
caso de Libia, olvidan precisamente la responsabilidad del sistema
instaurado por Gadafi (El Estado de las masas o Jamahiriya) en la
desestructuración social y política del país. El propio líder lo sabía
perfectamente y ya advirtió de que su derrocamiento acabaría con el
frágil equilibrio tribal y confesional en el que basó su poder. El
problema aquí reside en sustanciar la responsabilidad tanto del que abre
la Caja de Pandora como del que se dedica previamente a llenarla hasta
que estalle ante su ausencia”
Aquí se demuestra una vez más la política editorial
reaccionaria, denigrando un país que había sido capaz de enfrentarse
durante mucho tiempo al imperialismo, que había llevado al pueblo a unos
estándares de vida altísimos, los más altos e igualitarios de Africa,
incluyendo mujeres e inmigrantes y ocultando las verdaderas
responsabilidades del imperialismo y sus lacayos islamistas extremistas y
mercenarios y no de Gadafi, en destruir el pueblo, en desestructurar la
sociedad y las tribus que mantenían altos niveles de coherencia,
homogeneidad y satisfacción. Hablar como hace el autor de los “cantos de
sirena de los antiimperialistas occidentales” y de revoluciones a
distancia y cómodas no merece ni comentar, pues confirma su política
proimperialista y de desprestigiar a quienes denuncian consecuentemente
el imperialismo.
Comentarios
sobre el artículo “El endiablado pero a la vez esclarecedor escenario en
Yemen” (19-X-2014) de Gara, firmado como Joseba Ugarte
Otro artículo plagado de falacias y mentiras desde la
primera línea hasta la última, que demuestra las constantes paranoias
de Gara-Mundua a favor de los Hermanos Musulmanes y contra los chiíes,
la desaparición siempre de las responsabilidades más importantes, las
del imperialismo, y la gran ignorancia histórica – o más bien
tergiversación y manipulación de la historia- para justificar sus
reaccionarias tesis.
En Yemen las fuerzas más progresistas y
revolucionarias, las que siempre han luchado contra el imperialismo
norteamericano y sus lacayos locales –Saleh y sus monaguillos- y el
baluarte americano siempre en apoyo de lo más reaccionario, Arabia
saudita en este caso, han sido los hutis del norte, chiitas, y los
amplios movimientos de izquierda y fundamentalmente laicos del sur, los
que llegaron a constituir una republica socialista en Yemen del Sur y
los que siempre han defendido a las clases oprimidas frente a los
caciques pro sauditas y proamericanos.
Yemen es un lugar muy estratégico para los EEUU,
junto al estrecho de Bab-el-Mandab, lugar de unión del océano Indico y
del mar Rojo y de paso crucial de hidrocarburos entre Asia y Europa y
América. Al igual que los EEUU han convertido a Somalia, otro lugar
estratégico de gran importancia, en estado “fallido” para controlarlo
mejor, han tratado en todo momento de mantener a Yemen sumido en
contradicciones y guerras internas constantes, para mantenerla
desactivada y “fuera de circulación”. El reaccionario Saleh, represor de
los inconformistas y rebeldes hutis del norte y de las poblaciones de
izquierda y empobrecidas del Sur, siempre ha contado con el apoyo del
imperialismo norteamericano y de la oligarquía de Arabia saudita. Tras
el gran fraude de la transición pactada entre el imperialismo y Arabia
saudita, la rebelión, con sus altibajos ha sido constante, tanto en el
norte como en el Sur. Decir que los hutis chiitas del Norte, que han
avanzado militarmente hasta la capital en su protesta contra las nuevas
oligarquías sucesoras de Saleh, que además no reclaman el poder sino más
libertades y condiciones dignas, están manipulados por Arabia saudí, no
puede ser más que una alucinación del autor, como lo es el hecho de
decir y de hablar de la importancia de los Hermanos Musulmanes en Yemen,
que nunca la han tenido, aunque eso sí, son parte de la burguesía y
oligarquía del país. Y la presencia de Al Qaeda en el Sur, obra de los
norteamericanos una vez más, es la coartada para bombardear y machacar
el sur de izquierdas y pobre, y tratar de mantener la sublevación a raya
con la excusa de Al Qaeda y mantener al país en guerra y
desestabilizado.
Y decir como dice en el extracto en letra grande que
“Riad considera a Los Hermanos Musulmanes, en Egipto y en Yemen, su
principal rival interno en el mundo suní y no duda en utilizar todos los
medios, o alianzas, para acabar con las expectativas de un movimiento
islamista político que representa una amenaza a su primacía como
potencia regional” es otra gran tergiversación de la realidad. No
olvidemos que Riad y Arabia Saudí es unos de los perros de presa de EEUU
para controlar el Medio Oriente, para crear desestabilización y caos,
para alimentar y financiar mercenarios asesinos que vayan a Siria, Libia
o Líbano y que los Hermanos Musulmanes, apadrinados por Qatar y
Turquía, son el otro perro de presa al servicio del terrorismo
imperialista. Lo que sucede es que a veces se pelean entre los perros de
presa, para demostrar quién es el que más muerde, pero son lo mismo,
son peleas entre terroristas y asesinos, peleas entre mercenarios. Es lo
que pasó en Egipto también, y las guerras que se traen en Siria, en
Libia, y otros lugares entre diversas facciones de criminales
mercenarios. Son tan nefastos y asesinos los unos como los otros, tan
enemigos del pueblo árabe los unos como los otros, y tan nefastos los
unos como los otros.
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