"El mayor problema que tenemos actualmente en Euskal Herria es que no
tenemos alternativa estructurada para una salida rupturista y el
institucionalismo abarca todas las esperanzas pero no puede salir del
resistencialismo si es tomado, como lo es, como fin y no como medio."
Borroka Garaia da!
El estado español ha amenazado a Catalunya que de cruzar la línea de
la independencia se suspenderá la autonomía. Lo cual me parece perfecto,
porque la independencia precisamente trata de eso, de suspender la
autonomía y alcanzar la soberanía plena. Con la autonomía vigente no va a
haber independencia. Y justo ahí está el meollo de la cuestión, hasta
que no se produzca una ruptura con la autonomía y la legalidad no habrá
independencia.
La troika llegó a amenazar a Grecia de expulsarla de la UE y me
pareció también muy bien. En Grecia hicieron un referéndum contra las
medidas de la UE que lo ganó la clase trabajadora griega. Pero como
finalmente no fue expulsada, medidas peores van a ser aceptadas por el
gobierno griego. Hasta que no se produzca una ruptura con la UE, Grecia
no podrá dejar atrás la austeridad ni recuperar su soberanía.
En Euskal Herria pasa tres cuartas partes de lo mismo. Mientras no se
produzca una ruptura política y económica con las estructuras que la
dominan no hay tu tía. Ya puede haber referéndum como en Grecia o en
Catalunya, ya puede haber victoria electoral de quien sea, que mientras
que no esté el proceso basado en una ruptura seguirá habiendo autonomía y
capitalismo.
El reformismo social nos dice que quizás cambiando los gestores de la
UE o del estado español, o de las autonomías, la clase trabajadora
tendrá el camino despejado para alcanzar lo que le pertenece, pero es
más falso que una moneda de cartón. Sin ruptura con estructuras
capitalistas y sin dar paso a una alternativa estratégica no hay cambio.
De la misma manera el reformismo nacional, del cual nuestros queridos
amigos jeltzales deberían ser objeto de estudio internacional, nos
llevan diciendo casi más de un siglo que la “causa vasca” llegará a buen
puerto a través de ley del conquistador. Hacia la independencia a
través de la ley española y hacia el socialismo a través del capitalismo
son las dos caras de la misma moneda para que todo siga igual o peor. Y
no se si nos estamos dando cuenta pero todo está yendo a peor. Cada vez
Euskal Herria es más dependiente políticamente y socioeconómicamente
los números seguirán cuadrando para los de siempre y cada vez menos para
los demás.
El mayor problema que tenemos actualmente en Euskal Herria es que no
tenemos alternativa estructurada para una salida rupturista y el
institucionalismo abarca todas las esperanzas pero no puede salir del
resistencialismo si es tomado, como lo es, como fin y no como medio.
Medio de un proceso eminentemente social donde junto a otros pueda
cumplir una función instrumental. Es decir, salir de la rueda del
hamster y empezar a caminar con nuevos horizontes.
La confianza en el institucionalismo como llave del cambio está
agotando las opciones de cambio. No trazarse objetivos altos está
haciendo que ni siquiera los mínimos tengan opciones de llevarse a cabo.
Desde algunos de los antiguos sectores de ETA VI, LCR, EMK, Zutik
etc… han lanzado una propuesta para que EH Bildu, Podemos e IU vayan
conjuntamente a las elecciones.
He comentado más de una vez que fusionar definitivamente a las capas
trabajadoras vascas que hasta ahora han estado bajo la manipulación
españolista y la regionalista de la burguesía junto al amplio espectro
del soberanismo de izquierda y de la izquierda revolucionaria abertzale
en un proyecto atractivo y palpable de liberación nacional con
alternativas estratégicas más que claras y contundentes en lo social
debería ser un objetivo compartido de toda la izquierda rupturista de
este país.
Pero si ese proceso se resume en una apuesta electoral
institucionalista sin alternativas estratégicas que deja en manos de los
gestores del estado español el futuro de la nación y la clase
trabajadora vasca y no es un proceso social vasco que parta de un
debate, como comentaba un comentarista del blog, de una Unidad Popular
que debe ser fruto de la unión de diversos movimientos de base,
sindicatos y movimientos populares entorno a un programa político de
ruptura, diversificado en todos los frentes de lucha y no un mera suma
de siglas de partidos a la caza del voto, nos estaríamos quedando en la
vieja y marchita política. Donde la clase trabajadora no sería mas que
un correveidile de estructuras partidistas, o del oportunismo y no el
sujeto de cambio.
Sería importante que la izquierda de este país haga ese debate , y se
ponga objetivos estrátegicos comunes posibles, aun resguardando la
autonomía de cada cual y no solo institucionales dentro de lo que hay,
en la que no solo los partidos deberían estar invitados a participar, ni
fueran las voces cantantes y decisorias mientras el pueblo les ruega o
no ruega, sino toda la amplia red social popular que nuestro pueblo
tiene. Desde partidos a sindicatos, pasando por organizaciones
juveniles,revolucionarias, sociales y todas las expresiones populares de
este país. Que de ese debate surja un programa popular de base que
actúe sobre los problemas reales del pueblo trabajador sin ningún límite
legal ni institucional y además mantenga un discurso abierto,
transparente y cercano sin políticos profesionales ni personalidades de
peso que sean un peso.
En el preciso momento que esa unidad popular se configura como un
organismo asambleario, participativo de base y plural (plural no
significa solo progresismo, también implica algo muy común en la
izquierda vasca, socialismo y subversión) , en ese momento se habrá
acertado. Si es una mera coalición electoral se habrá fracasado en lo
importante. E incluso puede que de muy mala manera y que solo sirva para
dar cobertura a presidencialismos, nuevas poltronas o a un mero
estatalismo de petición hacia el exterior sin confiar en que la clase
trabajadora vasca es la llave única que puede solucionar sus problemas
mientras practica el internacionalismo y no que las esperanzas de
solución recaigan en los partidos ni quien gestione el estado español o
las autonomías.
¿Se está dispuesto a hacer ese profundo debate y proceso de base o es
que llegan las elecciones y deprisa y corriendo me aprieta el corsé?
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