"Hay más muertos en la calle, a manos de fuerzas
del Estado y grupos fascistas, en ese período denominado transicion, que en varios años de
dictadura."
12 de marzo de 1977,
manifestación pro amnistía en Donostia. Las cargas policiales y las
carreras salen del Casco Viejo y desembocan en el paseo de la Concha.
Los antidisturbios no ahorran en gastos. José Luis Aristizábal Lasa, 20
años, estudiante en la Escuela Superior de Técnica Empresarial de
Gipuzkoa, detiene el automóvil en el que circula por el paseo. Lleva la
ventanilla del vehículo abierta. A un agente de policía no debe gustarle su cara, porque dispara una bala de goma a corta distancia, hacia la ventanilla abierta, destrozándole el rostro.
José Luis Aristizábal ingresa de urgencias en el Hospital Provincial
con una conmoción cerebral. El diagnóstico no es muy optimista: fractura
del hueso frontal, del temporal y del esfenoides, y pérdida del ojo
derecho. Los médicos hacen lo que pueden en quirófano y lo ingresan en
la UVI. A medianoche, con serios problemas respiratorios, se le practica
una traqueotomía y entra en coma. A mediodía del 13 de marzo, José Luis
Aristizábal muere.
El funeral de Aristizábal Lasa se convierte en una manifestación de unas 10.000 personas que recorren las calles en silencio, con tres pancartas blancas con crespón negro, desfilando frente a la casa del joven asesinado, en la plaza de las Armerías. Comercios, empresas y entidades bancarias de Donostia cierran en señal de duelo.
Por supuesto, no habrá investigación alguna, lo normal durante el mandato de Rodolfo Martín Villa, uno de los próceres de los 70 años de paz, al frente del Ministerio de Gobernación, entre julio de 1976 y abril de 1979. Hay más muertos en la calle, a manos de fuerzas del Estado y grupos fascistas, en ese período que en varios años de dictadura. La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra la impunidad de los crímenes del franquismo ha contabilizado 54 muertes, de las cuales, José Luis Aristizábal entre ellas, 22 se incluyen en el período de la investigación abierta por la juez María Servini, hasta el 15 de junio de 1977, primeras elecciones generales tras la dictadura del general Franco.
El funeral de Aristizábal Lasa se convierte en una manifestación de unas 10.000 personas que recorren las calles en silencio, con tres pancartas blancas con crespón negro, desfilando frente a la casa del joven asesinado, en la plaza de las Armerías. Comercios, empresas y entidades bancarias de Donostia cierran en señal de duelo.
Por supuesto, no habrá investigación alguna, lo normal durante el mandato de Rodolfo Martín Villa, uno de los próceres de los 70 años de paz, al frente del Ministerio de Gobernación, entre julio de 1976 y abril de 1979. Hay más muertos en la calle, a manos de fuerzas del Estado y grupos fascistas, en ese período que en varios años de dictadura. La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra la impunidad de los crímenes del franquismo ha contabilizado 54 muertes, de las cuales, José Luis Aristizábal entre ellas, 22 se incluyen en el período de la investigación abierta por la juez María Servini, hasta el 15 de junio de 1977, primeras elecciones generales tras la dictadura del general Franco.
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